Por
años luche con la incógnita de que si soy o no a semejanza de Dios. ¿en qué
sentido?, ¿en lo físico? Pero Dios es Espíritu, no tiene cuerpo. Existe un
recurso literario que se llama "antropomorfismo" cuando la Biblia usa una forma
humana para describir una acción de Dios, pero en términos que los humanos
podíamos entender, como por ejemplo: “los ojos de Dios ven a cada hombre, o sus
manos, o sus labios”. Siendo Espíritu, ¿tiene manos, ojos, pies, labios?
Definitivamente no, los espíritus no lo tienen, y ya sé te estarás pensando en
esos momentos en que Dios se presentó en forma humana en el Antiguo Testamento,
bueno eso se llama Epifanía o Cristofanía, cuando Dios se presentó a Abraham.
Bueno pero ese es otro tema que lo podemos ver en otro momento.
Otros
me han dicho que somos a semejanza de Dios en intelecto, emoción y voluntad. Pero
la verdad es que yo pocas veces pienso y siento o decido como lo haría Dios. ¿Cuál
es la razón? Bueno hay un principio de estudio bíblico que dice: “toda pregunta
sobre la Biblia se responde con la misma Biblia”.
Lean este
versículo:
Génesis
5: 1 Este es el libro de las generaciones de Adán.
El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.
Bueno
hasta ahí es lo mismo de siempre, sigo con mi lucha por entender en qué me
parezco a Dios. Pero vean lo que dice un poco más a delante:
Gén 5:3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró
un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.
Aquí revela algo tremendo que me quita la duda en cuanto a este tema. Dice
que Adán engendró un hijo conforme a “su semejanza e imagen”.
¿Cuál es la diferencia entre este versículo 3 y el 1?
Que el hombre ya había cometido pecado y no podía producir un hijo a
semejanza de Dios sino de Adán, un hombre pecador, alejado de Dios, ya no tenía
la santidad y pureza con que fue creado por Dios al comienzo. Su hijo Set y
todos nosotros somos a imagen y semejanza de Adán, el pecador.
En el libro de Romanos dice que la desobediencia entro por un hombre,
Adán, y pasó a todos los hombres, lo mismo que la muerte y el pecado, por
cuanto todos somos pecadores. El mismo libro declara que somos separados de
Dios y que el pago que recibo por haber pecado es la muerte.
Pero gracias a Dios, Jesús vino a restablecer todo lo que el hombre dañó
con su pecado:
Rom 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó
la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben
la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
18 Así que, como por la transgresión de uno vino
la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno
vino a todos los hombres la justificación de vida.
19 Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia
de uno, los muchos serán constituidos justos.
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado
abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para
muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante
Jesucristo, Señor nuestro.
¡Qué maravilloso pasaje! y ¡qué alivio para mí! Jesús hizo posible que
yo pueda volver al diseño original. Al morir en una cruz para pagar mi culpa,
al resucitar de entre los muertos y vencer a la muerte, me dio el privilegio y
la oportunidad de reconciliarme con el Padre y no solo eso, sino que también me
hizo parte de su familia, un hijo de Dios.
1Jn 3:1 Mirad
cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por
esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no
se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
Es aquí donde toda duda se disipa y nace una nueva forma de ver y
comprender mi vida e identidad. Ahora que somos hijos de Dios, seremos
semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. ¿Te das cuenta? Ahora sí
puedo pensar, sentir y actuar como Cristo, por su obra en mí.
¡Gracias Dios por tu grande amor y misericordia!
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