miércoles, 2 de enero de 2013

Una nueva agenda

No sé ustedes, pero casi cada año compro una agenda, me encanta tenerla nuevita, completar los datos y comenzar a anotar las fechas importantes como cumpleaños, aniversarios, hasta esas fechas que sé que no se me van a olvidar.
Lo interesante es que a medida que pasa el tiempo nos vamos llenando de datos y nuestra agenda comienza a tener más y más cosas escritas; en mi caso se me olvida de anotar algunas y cuando menos me doy cuenta mi agenda está vacía de agosto en adelante; ya para esas fechas casi no anoto nada y no me acuerdo de revisar la agenda. Toda la información la tengo en el celular o la computadora y debo confesar que a veces uso la misma agenda el año siguiente para no gastar en otra, ya que esa sigue casi intacta.
El asunto es el siguiente: ¿para qué quiero una agenda?. Las respuestas pueden ser varias, pero sobre todo es para anotar cosas que no quiero olvidar y saber por anticipado qué haré en la semana. Si miro mi agenda, ¿cuánto tiempo encontraré que dedico a Dios?, ¿cuántas tardes de visitas a hermanos?, ¿cuántas reuniones tengo marcada a las que no voy a faltar?. Quizá muchas veces hacemos muchos planes y anticipaciones para compromisos sociales o laborales, pero no planificamos el tiempo que daremos a Dios. Estos compromisos deben ser aún más importantes que los demás, pues son con Dios y no con cualquier persona. Necesitas oír esto:

Sal 36:7  ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia!
 Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
8  Serán completamente saciados de la grosura de tu casa,
 Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
9  Porque contigo está el manantial de la vida;
 En tu luz veremos la luz.
 
¿Te das cuenta que lo mejor que puedes hacer en este año es dedicar tiempo para el Señor? No hay nada más importante que estar bajo su amparo, disfrutar de sus bendiciones, de la paz que sólo Cristo puede traer a tu corazón. Un hombre sabio se pondría en las manos de Dios, caminaría cada día junto a Él; no seamos necios desperdiciando el tiempo en cosas tan superficiales como el dinero, el trabajo y los amigos. Busquemos la manera  de gastarnos junto al que renueva nuestras fuerzas día a día y nos llena de paz.