Ezequiel 3:22 Luego el Señor
puso su mano sobre mí, y me dijo: «Levántate y dirígete al campo, que allí voy
a hablarte.»
Al
leer este pasaje pensé en esto, en un lugar secreto donde puedo escuchar la voz
de Dios. ¿Tienes uno? ¿Te encuentras a solas con Dios? ¿Él te invita a caminar
para conversar?
Creo
que es muy importante para cada uno de nosotros que tengamos un lugar secreto
donde nos encontremos con Dios, donde podamos pasar tiempo a solas con Él.
Donde podamos leer las Escrituras y orar. El Señor Jesús nos decía que entremos
en nuestro aposento y cerrada la puerta oremos al Padre. Algo que tengo bien
claro es que el lugar no hace a la santidad, no es el lugar sino con la persona
con quien pasamos, es estar con Dios. El punto de tener un lugar así es para
estar a solas con Él; es el hecho que nadie te estorbe, que nadie se interponga
entre tú y Él.
Dios
está muy interesado en hablar con nosotros; es Él el que nos invita a salir al
campo para hablarnos. La pregunta es: ¿por qué?, bueno somos sus hijos, nos
compró con la sangre de Cristo y dio todo por nosotros en la cruz. Y
simplemente porque nos ama. ¿Necesitas más razones?.
La
otra pregunta que me viene a la mente es: ¿para qué?, creo que la respuesta
viene del versículo 23, léelo:
Ezequiel 3:23 Yo me levanté y salí al campo. Allí vi la
gloria del Señor, tal como la
había visto a orillas del río Quebar, y caí rostro en tierra.
Ver
su gloria. Cada vez que te acercas a Dios, cada vez que conversas con Él, que
lees su Palabra, que tienes un tiempo de quietud para estar en su presencia y
orar. Cuando estás a su lado siempre vas a ver su gloria, la forma que obró en
el pasado y lo que está haciendo por ti. Esto no es una experiencia del tercer
tipo, ni algo extrasensorial; sino que es una realidad, encontrarnos con Dios y
conocerlo; mirar tu vida y reconocer tus pecados, reconocer su santidad y lo
indigno que somos de estar ante Él, pero por la gracia de Cristo podemos entrar
a su presencia, por eso es casi inevitable que el termine este versículo de las
siguiente manera: “y caí rostro en tierra”.
No
podemos hacer otra cosa que caer a sus pies en adoración al ser objeto de tanto
amor y pasión. Él nos llama porque quiere hablarnos, compartir con nosotros;
nos lleva a un lugar secreto donde podamos estar a solas, nos muestra su gloria
como en el pasado y podemos adorarle, rendirnos y decirle cuánto le amamos. ¿Ya
tienes ese lugar? ¿Ya te encontraste hoy con Él?.
Creo que otra de las razones por las cuales Dios quiere que nos encontremos con Él, es porque desea, anhela que lo conozcamos. Pero solo depende de nosotros buscarlo, para poder ver su gloria.
ResponderEliminarGracias Nel!:D
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
ResponderEliminarNecesitamos estar a solas con Dios porque de Él aprendemos y vivimos, sin Él nada podremos hacer.