Lorena quería hacer una torta de chocolate
especial para su mamá por su cumpleaños. Así que buscó el libro de cocina y
leyó la receta, a medida que leía encontraba ingredientes que no le gustaba y
procesos que eran difíciles de hacer. Por lo que decidió obviarlos y saltarse
algunos pasos, también cambió algunos ingredientes y no quiso esperar los 45
minutos que se requería.
Al final la torta no se parecía en nada a la foto del libro
y su sabor no era muy bueno, es más no sabía a chocolate.
¿Cuál fue el problema?
No hizo todo lo que estaba en la receta. No siguió los pasos
estipulados.
Muchas personas no están dispuestas a hacer todo lo que Dios
le pide ni en la forma que Dios le pide.
Y escuchamos de ellas quejas, diciendo que no tienen lo que esperaban de
Dios, que la vida no es de la forma que esperaban o que Dios no es tan bueno
como les habían dicho.
No es posible disfrutar del camino de Dios cuando no
transitamos por él. No es posible saborear las delicias de Dios cuando no
colocamos los ingredientes necesarios en nuestra vida.
Gén 7:5 E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó
Jehová.
Noé hizo todo lo que Dios le pidió. ¿Te imaginás si él
decidía no hacer el arca según las medidas que Dios le dio? ¿Te imaginás si
hubiese metido más elefantes de los que Dios trajo?
El arco flotó, los animales, Noé y su familia se salvaron
porque Noé siguió la receta, las reglas de juego.
Para alcanzar el gozo en tu vida, disfrutar de las delicias
de Dios y ver la obra de Dios cumplida, debes hacer tu parte. Debes hacer todo,
todo, sin olvidar nada, sin cambiar nada,
sin agregar nada. Solamente lo
que Dios pidió.
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