lunes, 10 de octubre de 2011

Completo o nada

Lorena quería hacer una torta de chocolate especial para su mamá por su cumpleaños. Así que buscó el libro de cocina y leyó la receta, a medida que leía encontraba ingredientes que no le gustaba y procesos que eran difíciles de hacer. Por lo que decidió obviarlos y saltarse algunos pasos, también cambió algunos ingredientes y no quiso esperar los 45 minutos que se requería.
Al final la torta no se parecía en nada a la foto del libro y su sabor no era muy bueno, es más no sabía a chocolate.

¿Cuál fue el problema?
No hizo todo lo que estaba en la receta. No siguió los pasos estipulados.

Muchas personas no están dispuestas a hacer todo lo que Dios le pide ni en la forma que Dios le pide.  Y escuchamos de ellas quejas, diciendo que no tienen lo que esperaban de Dios, que la vida no es de la forma que esperaban o que Dios no es tan bueno como les habían dicho. 

No es posible disfrutar del camino de Dios cuando no transitamos por él. No es posible saborear las delicias de Dios cuando no colocamos los ingredientes necesarios en nuestra vida.

Gén 7:5  E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

Noé hizo todo lo que Dios le pidió. ¿Te imaginás si él decidía no hacer el arca según las medidas que Dios le dio? ¿Te imaginás si hubiese metido más elefantes de los que Dios trajo?
El arco flotó, los animales, Noé y su familia se salvaron porque Noé siguió la receta, las reglas de juego.  

Para alcanzar el gozo en tu vida, disfrutar de las delicias de Dios y ver la obra de Dios cumplida, debes hacer tu parte. Debes hacer todo, todo, sin olvidar nada, sin cambiar nada,  sin agregar nada. Solamente  lo que Dios pidió.

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