Creo que nadie cumplió el pedido de Jesús como
Josafat, “apacienta mis ovejas”. Él fue realmente un pastor y dedicó su vida a
buscar a Dios por eso se escribe de él al final de sus días:
2Crónicas 20:30 Y el reino de Josafat tuvo paz; porque su Dios le dio paz de todas partes.
Pero ¿Dónde comenzó todo esto? años a tras
cuando dispuso su corazón a buscar a Dios.
2Crónnicas 17
1- Dios estuvo con él, porque anduvo por los caminos de David
2- Busco a Dios y no los baales
3- Quitó la idolatría
4- Enseñó al pueblo la ley
El valor de un hijo de Dios radica en su
corazón, lo que decide hacer por su Padre Celestial. Josafat no buscó agradar al pueblo ni
aparentar una religión piadosa, decidió acercarse a Dios, buscarle e imitar la
fe de otros que estuvieron antes que él.
Cuando vino el tiempo de prueba, pudo acudir
directamente a Dios porque había cultivado una relación íntima con Él. Pienso que muchas veces no recurrimos a
Dios porque no tenemos confianza y pensamos que no valemos la pena para llegar
a Él, pero justamente la obra de Cristo en nuestro favor nos acerca al Padre y
nos hace dignos de pedir porque “Él nos ha reconciliado con el Padre mediante
la sangre de su Cruz”.
Josafat mostró un corazón genuino ante Dios.
No fue con zalamerías, dijo las cosas que sentía que sabía y que quería. 2Crónicas.
20.
Comienza este capitulo con una frase: “pasadas
estas cosas” ¿Qué cosas? ¿Qué había pasado que fue tan importante para que este
capítulo lo remarque?
Bueno para saber eso sólo es cuestión de leer
el capítulo anterior comienza con una exhortación departe de Dios. Josafat
había hecho algo malo, se había dejado influenciar por un hombre impío, pero su
corazón siempre estuvo buscando a Dios, así que luego de la exhortación
refuerza todo sus propósitos para con Dios y comienza a enseñar al pueblo.
Que gran frase en los labios de un hombre que
de corazón buscaba a Dios: “Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de
hombres, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juagáis.”
Sólo un hombre que no busca el lugar de
preeminencia puede ubicarse en el lugar correcto, ponerse como siervo y no como
juez. El pastor sabio se preocupa no sólo de quitar los ídolos de la vida de
sus ovejas sino que se ocupa en enseñarles a temer a Dios. Es fácil quitar cosas
de la vida de alguien, pero sin enseñanza de Por qué debo quitarlo; pronto
volverá a ocupar su corazón aquello que fue quitado.
Así que luego de estas cosas, como dice el
versículo 1 del capitulo 20 Josafat se vio en problemas e hizo lo que enseñaba,
dependió y buscó a Dios, claramente en estos versículos muestra el contenido de
su corazón.
-
Sentía temor y miedo, sentía desesperación se
vio incapaz de hacer frente a la situación y sin fuerzas.
-
Sabía que Dios tenía todo el poder para traer
la victoria, conocía de sus hechos y de su poder, de su pacto y compromiso con
Abraham
-
Quería su protección y ayuda. Júzgalos tú oh
Dios, hazte cargo, toma tú las riendas de este asunto.
La respuesta de Dios fue de inmediato para un
hombre que buscó su rostro, la respuesta fue favorable porque vio que su
corazón sólo quería lo mejor para su pueblo y vino la alabanza, todo tenía que
ser perfecto, no importa que vayamos a la guerra vamos a dar lo mejor a Dios,
la mejor ropa. Quizá es uno de los pocos relatos bíblicos acerca de un culto de
alabanza o adoración, Josafat lo organizó. Estamos del lado del ganador, vamos
a adorarle, no estemos preocupados por lo que vendrá mañana, Dios nos prometió
la victoria. Todo esto era producto de la fe, porque sólo tenían que ver, estar
quietos y esperar. Pareciera que es la indicación preferida del Padre; sólo
vean, yo me hago cargo.
Josafat no sólo fue un hombre de fe sino que
llevo a un pueblo a madurar en la fe, su convicción hizo que un pueblo se
vuelva a Dios y todos los de alrededor sepan que hay un Dios en los cielos y
que los ayudaba.
Las
bendiciones por la obediencia fueron muchas, se demoraron días en
recoger el botín. Pero todos tuvieron un mismo deseo, influenciados por el que
estaba a la cabeza, vs.27, vinieron a la casa de Dios a adorar. La fiesta no
terminaba, primero adoraron por fe, esperando la victoria, ahora adoran por
gratitud, viendo cumplido el propósito de Dios.
Así concluye este pasaje, con temor a Dios por
todos, con paz para un hombre que anduvo con Dios. El epílogo de la vida de
Josafat fue: “y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él,
haciendo lo recto ante los ojos de Jehová” vs. 32
Que mayor anhelo de un siervo de Dios, que se
diga esto de él. Josafat un rey pero con un corazón de pastor, se dedicó a
buscar a Dios y lo encontró al costado del camino en cada trayecto de su vida.
Cuando decidió vivir para Él, lo puso en primer lugar. Cuando hizo mal, lo vio
en las palabras de exhortación. Cuando estuvo en angustia lo encontró en la
oración. Creyó por fe, lo tuvo en la alabanza. Cuando obedeció lo vio en la
victoria y recompensa. Al final de sus días lo vio en su testimonio, cuando
Dios dijo: buen siervo y fiel.
Amén…
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