miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Eres digno?


Casi siempre nos vemos menospreciados por la gente común, por el mundo no cristiano. Y en cierto modo eso es una bendición.

Yo sé que a nadie le gusta que le dejen a un lado o que hagan burla de su fe, tampoco sentirse menospreciado por sus amigos y familiares. Pero ¿Qué pasa cuando somos bien recibidos por los no creyentes? ¿Es bueno que nos acepten y se sientan cómodos con nosotros?

No creo que haya nada de malo en que la gente y aún los no cristianos, nos aprecien y quieran, es parte de tener un buen testimonio. El problema, creo yo, es cuando la gente se siente cómoda con nosotros cuando está haciendo algo malo, cuando nos ven como compañeros de aventuras y no sienten que somos luz en medio de su mundo de obscuridad.

La característica de la luz es que desplaza a las tinieblas; si la gente está hablando mal de alguien o haciendo chistes obscenos y no se callan al vernos es porque quizás nos ven como parte de su mundo y no como un referente de la verdad de Dios.

En el libro de Hebreos, el escritor hablando de los hombres y mujeres de la fe, dice:

Heb 11:38  de los cuales el mundo no era digno;…

Si el mundo me considera digo de él es porque no estoy mostrando a Cristo en mi vida. El Señor Jesús en su sermón del monte dijo: “bienaventurados los que por mi causa son insultados y perseguidos”. El mundo rechaza a Cristo porque muestra que sus obras son malas, dice en el evangelio de Juan. La luz siempre revela lo que hay de malo en las tinieblas. La pregunta es: ¿estoy cómodo en el mundo, o el mundo siente incomodidad conmigo? Ciertamente si el mundo me ve como uno más es porque no estoy mostrando ninguna diferencia y estoy de acuerdo con su estilo de vida… está bien, no voy a ser tan duro, quizá soy cobarde para decirles que soy cristiano y que su forma de vivir no es correcta y ofende a Dios, tú elige que etiqueta te queda mejor.

Lo peor que puede haber el mundo es un creyente indeciso, un cristiano tibio, alguien que no se identifique con Cristo, porque entonces no hay esperanza para el mundo que se pierde. ¿Cómo creerán, si no hay quién les predique? Esa es la cuestión. No puedes esperar que tus amigos conozcan a Cristo porque escucharon un programa de radio o leyeron un folleto evangelístico. Ellos deben saberlo porque tú estás cerca. Ellos deben oler a Cristo cuando estén a tu lado, no a mundo.

Si te menosprecian, después de todo es una bendición, porque sabes que ellos están viendo a Cristo en ti. Porque sienten una amenaza hacia su estilo de vida, se ven confrontados con el testimonio de un Dios Santo.

Espero que hoy la gente pueda ver a Cristo en mi vida, en mis actitudes y si eso crea reacción, me sentiré feliz. Tú también deberías. Yo, no quiero ser contado como un digno de este mundo, sino como aquellos que encontraron algo mejor junto a Dios.

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