lunes, 7 de noviembre de 2011

Amores que matan 3


El otro aspecto es: cómo afecta mi vida. El amor al mundo afecta mi vida en todos los aspectos: en mi familia, en mi físico, en mi trabajo y en mi relación con Dios. Una persona que ama al mundo está comprometida con él, no participa de las cosas del mundo solamente sino que aporta a su desarrollo y crecimiento por la comunión que tiene, y no me refiero a un aporte de impuestos o de ser relevante en la sociedad por mi profesión, sino que da su vida por el estilo de vida del mundo. Por lo tanto compromete a su familia o su tiempo con ella, compromete sus principios y prioridades y por sobre todo compromete su alma. 

Dios llama a estas personas: “adulteras”. Sí, adulteras espirituales. No son fieles a Dios, no se comprometen con Él, sólo participan de las cosas religiosas porque sienten que es una responsabilidad o porque de esa forma están nivelando su falta de amor a Dios y vienen sólo a poner el huevo dominical y nada más. Dan su aporte y esperan que Dios les tome en cuenta en algún momento de necesidad o de problema.

Stg 4:4  ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Stg 4:5  ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

moicalis adúltera. Se usa: (a) en el sentido natural (2Pe_2:14 ; Rom_7:3); (b) en el sentido espiritual (Stg_4:4). Así como en Israel el quebrantamiento de su relación con Dios por su idolatría se describía como adulterio o prostitución (p.ej., Eze_16:15 , etc.; Eze_23:43), así los creyentes que cultivan la amistad con el mundo, quebrantando de esta manera su unión espiritual con Cristo, son adúlteros espirituales, habiendo sido espiritualmente unidos a él como esposa a su marido (Rom_7:4). Se utiliza en modo adjetivo para describir al pueblo judío al apartar sus afectos de Dios (Mat_12:39 ; Mat_16:4; Mar_8:38). 

Dios es Celoso, no está dispuesto a compartir su amor con otro, Él dio lo más valioso del universo por nosotros, nos compró, nos dio una nueva naturaleza y nos considera adúlteros cuando amamos a otra cosa que no sea Dios. Jesús dijo: “no se puede amar a Dios y a las riquezas”  no se puede tener dos amores o amas a uno y desprecias al otro. El amor al mundo es menospreciar a Dios y ponerse del lado del enemigo suyo. El mundo, su pensamiento, su forma de vivir y de interpretar la vida está gobernada por Satanás.

1Jn 5:19  Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

El amor al mundo me coloca en la posición de que ahora estoy de acuerdo con aquel que siempre me alejó de Dios y que quiere destruir mi vida. Jn.10: 10.

Por último, como puedo salir de este amor enfermizo y dañino. La única forma es dejando atrás al mundo. No puede haber el rompimiento si no hay separación, debe haber un dejar todo y comenzar de nuevo con Dios. Reconocer que hay cosas en mi vida que muestran mi atracción y amor por el mundo, por su estilo de vida, por su influencia. Pedir a Dios perdón y tomar decisiones firmes y radicales en cuanto a mi forma de vivir. 

Efe 4:17  Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18  teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19  los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20  Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21  si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23  y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24  y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Esto implica dejar cosas, música, tendencias en la ropa, accesorios, amigos, noviazgo; todo aquello que me ate al mundo, que me ligue de alguna forma a alguna práctica que no me deje demostrar que amo a Dios. Si mi grupo inmediato no puede aceptar que soy un creyente y que estoy dispuesto a seguirle de verdad, a ser comprometido con Él y ser un cerdo y no gallina; entonces ese grupo no es digno de un hombre que ama a Dios. 

Despojarse da la idea de sacarse algo de encima, tirarlo lejos para que no estorbe. Que nada impida tu acercamiento a Dios. Que nada interrumpa tu tiempo de comunión, de lectura, de oración. Si tienes que dar tu vida por esto, dalo; porque eso resultará en un crecer cada vez más en la relación con Dios. 

Él te ama, está loco por ti, quiere pasar cada segundo contigo, que lo involucres en cada vivencia, en cada decisión, en cada paso que das. En cada comida, salida con amigos, en cada momento solo. Dios quiere estar ahí a tu lado, porque te ama. Quiere que tú sientas los mismo por Él. Recuerda Él ya se comprometió, dio su vida, se hizo parte, no sólo dio un aporte.

Fin

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