Suele ser muy difícil encontrar el
equilibrio entre el respeto y la justicia, porque cuando reclaman justicia,
algunos, pierden el respeto. Las protestas populares contra el gobierno de
turno o los que están en autoridad traen por lo general agresión y violencia.
La pregunta es: ¿podemos pedir justicia
sin faltar el respeto?
Creo que para actuar con respeto y
justicia tenemos que comprender bien nuestra situación, posición y rol; quiénes
somos y qué estamos haciendo. Entender nuestra función y ejecutarla
correctamente. Cuando actuamos en el campo y posición que nos corresponde si
pasar la línea podemos actuar con justicia y respeto.
En la Biblia hay varios ejemplos: José
ante Potifar y Faraón. Daniel ante el rey Darío. Los amigos de Daniel ante el
rey Nabucodonosor.
Dan 3:10 Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre,
al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio,
de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de
oro;
11 y el que no se postre y adore, sea echado
dentro de un horno de fuego ardiendo.
12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste
sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego;
estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la
estatua de oro que has levantado.
13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con
enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos
estos varones delante del rey.
14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad,
Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la
estatua de oro que he levantado?
15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al
oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de
la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua
que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en
medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis
manos?
16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey
Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.
17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede
librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a
tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
Estos jóvenes no faltaron el respeto al rey,
no le dijeron: “tú estás loco, nos sabes lo que nos pides”. No criticaron su
edicto, no blasfemaron contra la fe del rey. Se sometieron a la ley y justicia
del rey, aceptaron su castigo; pero no iban a romper sus principios, sólo que
ellos iban a vivir para Dios. Ellos se sometieron a la autoridad aunque no
estuvieron de acuerdo con la ley, ellos cumplieron con la pena de la ley, no se
escaparon ni sobornaron a nadie para ser librados. Pero no iban a dejar a su
Dios, aun cuando sus vidas dependan de esto; por eso dijeron: “no es necesario
hablar de esto”.
La justicia y respeto se ve en la forma
que nos dirigimos a nuestros compañeros y superiores, lo que decimos de ellos
delante y detrás de ellos. La justicia es actuar conforme a los principios de
Dios y el respeto, actuar como Dios con nosotros.