Es difícil decidir cuál es la mejor canción del año, o la que impactó tu
vida en todos estos años. No hay que negar que ciertas canciones te
conectan con tu pasado o con personas. Con el colegio, tus amigos, algún ex
amor. Sea cual sea la música y las canciones tienen ese poder de tocar las
fibras más sensibles de nuestro ser y hacernos llorar, sonreír o reflexionar.
Pero la mejor canción aún no se ha escrito, ni se ha cantado, es más ni
aún se ha tarareado por hombre alguno. No hablo de un tango, chamamé o merengue. La
mejor canción no tiene un tono aún, bueno por lo menos para nosotros.
La Biblia está llena de cánticos, lleno de versos que exaltan a Dios. Pero
dice que un día cantaremos un cántico nuevo. Algo que nadie aun lo ha cantado,
pero sí dice el tema de la canción:
Apocalipsis 5:9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno
eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con
tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación;
10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.
Allí en el cielo, en la presencia de Dios, podremos cantar junto a los
seres celestes, junto a los siervos de Dios una nueva canción. ¿Cuál es la
melodía? no lo sé, ¿Cuál es el tono? ni idea, ni puedo siquiera imaginarlo. Pero
no importa; no soy bueno cantando y espero que al tener un cuerpo glorificado
se mejore eso. Lo importante es que podré cantar una nueva canción sobre Jesús,
porque Él me salvó, me redimió y me permite servirle.
Es increíble que nada de lo que hay aquí en la tierra es comparable con
lo que veremos en el cielo. El libro de Hebreos dice que habrá cosas mejores. Todo
será sin relación con el pecado, será puro, hecho por la mano del mismo Dios. Que
gran esperanza que tenemos los que confiamos en Jesús como Salvador. Deberías
poner esta esperanza en otros para que ellos también puedan decir como el
salmista:
Salmo 40:3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza
a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
Pon un canto de alabanza en el corazón de un hombre que se arrepiente y
un canto de alabanza en el cielo por los ángeles que se alegran de ver a un
hombre que se arrepiente. Dile a otros del amor de Dios.
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