Me acuerdo que cuando era niño me encantaba ese juego que a veces tengo
que jugar con mis hijos. “jugaremos en el bosque mientras el lobo no está. ¿lobo
está?...” reza la canción. Y todos salen corriendo y gritando. Crea cierto
suspenso, a ver, que va a decir el lobo.
En la vida real, en nuestro día a día como cristianos; vivimos en un
mundo lleno de lobos. Satanás el principal enemigo, como macho alfa, guía a la
manada de lobos a rodearnos, buscarnos, asecharnos y vigilarnos, esperando una
pequeña oportunidad de descuido, de sueño o cansancio para hacernos presa suya.
Las ovejas tienen la característica de ser medios torpes, sólo miran al
pasto que van a comer y no a su alrededor. El Señor Jesús sabía muy bien esto y
nos comparó justamente con ellas. Nos llamó “manada pequeña”.
También nos envió en medio de lobos rapaces que están dispuestos y
listos para atacarnos. A veces esos lobos visten piel de ovejas, pueden ser la
falsa doctrina, los malos siervos (a los que el apóstol Pablo llama “perros”,
que siguen siendo descendientes de los lobos), los enemigos de la fe, los
amigos que te proponen hacer cosas en contra de Dios.
El Señor Jesucristo se muestra como El Buen Pastor, el que da su vida
por las ovejas, está para defendernos y guiarnos. También como la Puerta de las
ovejas, por el único lugar que podemos pasar y estar seguros, quien siempre
está vigilando para que estemos bien. Puede ser que nos descarriemos, que
estemos en peligro, pero allí está el Buen Pastor para defendernos.
Que vivamos en un mundo de lobos, no quiere decir que Dios no nos ama o
que le divierte ver como corremos por los campos escapando de ellos.
Dios nos permite vivir aquí, porque quiere que vivamos bajo su mano, viendo día
a día su gracia, protección, amor y cuidado. Los lobos siempre estarán allí afuera,
pero nosotros estamos seguros en el redil de Cristo.
No juguemos con los lobos,
no son de confiar, alejémonos de ellos. Vivamos siempre dentro del cuidado del
Pastor.
Lucas 12:32 No temáis, manada
pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
Juan 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Mateo 7:15 Guardaos de los
falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol
da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen
árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Mateo 10:16 He aquí, yo os envío
como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y
sencillos como palomas.
Juan 10:14 Yo soy el buen
pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
Buenísimo!
ResponderEliminar