Recuerda qué fue lo peor que hiciste este año, no importa qué, tampoco
me lo cuentes, sólo piénsalo. No sé si lo has superado, si ya puedes olvidarlo
o si te lo estoy trayendo a tu memoria. Pero mi intensión no es que tropieces o
lo revivas. No sé cuan desagradable pudo haber sido esa situación. Al igual que
tú, yo también pasé por momentos feos este año y he cometido pecados; algunos
tan absurdos y sin razón que me dan vergüenza recordarlos.
Satanás es experto en recordarte todo lo malo que haces, quizá para
alentarte a que lo vuelvas a hacer porque no tuviste consecuencias de tus
pecados (eso dice él, pero no es así, siempre hay consecuencias), o porque
quiere hacerte pensar que eres una de las peores personas del mundo, un mal
hijo de Dios y que no mereces el perdón del Padre, te hace sentir miserable,
culpable y fracasado, luego se sienta en su cómodo, toma su vaso de wiski con
hielo, enciende su cigarrillo, hace unas bocanadas de humo y dice: “lo hice” y
se ríe de ti.
No hay que negar que hemos pecado, no importa cuan feo haya sido la caída,
no importa cuanto daño hemos causado, si saben los demás o no. No debemos
tratar de ocultar a nuestra conciencia lo que somos ni lo que hemos hecho y
mucho menos tratar de engañarnos diciendo que nada pasó, o intentar ocultárselo
a Dios. El remedio para esto es: “confesarlo, pedir perdón y darlo por
terminado”.
Hebreos 9:13 Porque si la sangre de los toros y de los
machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los
inmundos, santifican para la purificación de la carne,
14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
En la antigüedad debían ofrecer animales en sacrificio por expiación por
el pecado, eran para purificarse de sus malas acciones. Pero cuando vino el
Señor Jesús y dio su vida como sacrificio por nuestros pecados, borró la
totalidad de ellos, nos dio una nueva naturaleza y nos permite estar en la presencia
de Dios. Pero este versículo no está hablando de limpiar mi vida de pecado, no
habla de salvación sino de comunión, está hablando de limpiar mi conciencia de
obras muertas. Ya como hijo de Dios al pecar mi conciencia me dice lo malo que
he hecho y debo pedir perdón, luego con el tiempo Satanás y mi propia mente
pueden traer a mi memoria aquellos pecados ya perdonados por Cristo y vuelvo a
sentir el dolor y la amargura de haber defraudado a Dios, pero para Él ya no
hay pecado pues lo perdonó en la Cruz. Sin embargo Dios me da una manera de
solucionar mi problema de mala conciencia y es nuevamente: “Cristo”, Él puede
limpiar mi conciencia de obras muertas, Él puede darme paz y refrescar mi alma
con el perdón de Dios. Es Él quien hace que vuelva a sonreír porque tengo
seguridad y gozo de mi salvación, es quien hace caer a Satanás de espaldas de
su cómodo sillón, cuando ve que vuelvo a cantar y disfrutar de mi vida
abundante en Jesús.
No dejes que tu pasado te condene, sí es cierto, está allí pero ya paso.
El pasado tiene la característica de estar muerto y de nunca volver. Déjalo atrás
y continúa hacia Cristo cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario