martes, 25 de septiembre de 2012

¿Cuál es tu excusa?

Es chistoso oír las razones de algunos cuando se les pregutna: ¿Qué están haciendo para Dios?. Algunos dicen que están haciendo, “poco, pero algo es algo”; otros opinan que aunque hacen poco lo hacen con el corazón y no pueden hacer más porque el tiempo no les alcanza. Muchos de nosotros ponemos aun el propio ministerio o iglesia como excusa para no dar el ciento por ciento a Dios. La razón más común es: “estoy muy ocupado”, puede que sea hasta en la propia obra de Dios; nos enfocamos tanto en el trabajo, en quiénes nos ocupamos, a quiénes servimos que nos olvidamos del Señor de todo.


Lo más chistoso es que cuando un hijo de Dios decide consagrar su vida y dedicarse a la obra de Dios, pareciera que todos, aun los cristianos se ponen en su contra y comienzan a criticarlo, quizá por el simple hecho de que si él comienza a hacer algo, se notará que yo no estoy haciendo nada y eso no es conveniente para mi imagen.  

Una mujer trajo lo mejor ante Jesús, ella no estaba invitada a la fiesta, pero costumbre de esa época que cualquiera podía ir a la casa de alguien que había recibido visita y mirar y oír, pero no participar de la fiesta. Esta mujer, estando Jesús sentado (o más bien recostado), con sus piernas hacia atrás, sin que Él lo viera, se acercó y rompió un vaso de perfume ante los ojos de todos y la casa se llenó de ese olor. Hubieron personas que se molestaron y dijeron: “se debía haber vendido y dado a los pobres”. Pero el Señor los calló y dijo lo siguiente: 

Mar 14:7 Pues siempre tendrán a los pobres con ustedes y los pueden ayudar en cualquier momento; pero no siempre me tendrán a mí.

El tiempo que tengo para servir al Señor es ahora, ¿Cuántos años tienes?, ¿17, 19, 25?, no importa cuantos tengas, lo importante es ¿qué estás haciendo ahora para el Señor?. No tendrás siempre tiempo para servir, no tendrás las oportunidades, llegará un día en que no tendrás más vida para hacerlo. La excusa en ese  momento fueron los pobres; “no demos esto tan valioso a Jesús, ¡qué desperdicio!, lo hubiéramos dado a los pobres”, el Señor respondió a eso: “quieres dar algo a los pobres, hazlo, ahí están y siempre habrán pobres, pero no siempre me vas a tener a mí para hacer algo por mí. No siempre voy a tener la oportunidad para dar lo mejor a Dios. 

Sal 6:5  Porque en la muerte no hay memoria de ti;
En el Seol, ¿quién te alabará?

El tiempo que tenemos para hacer algo bueno para Dios es ahora, no dejes de estar a su lado alabándolo, honrándolo; no pongas como excusa a tu familia, a tu iglesia o a los pobres del barrio, ellos siempre van a estar y en cualquier momento puedes hacer algo por ellos, si ese es tu verdadero deseo, pero hacer algo para Dios, no es siempre. Aprovecha tu tiempo y decídete a hacer algo que llene de olor fragante este mundo, que todos puedan notarlo, aun cuando algunos lo critiquen, pero no importa; habrás hecho algo para tu Padre Celestial y eso tiene más valor.

¿Cuál es tu excusa? ¿Qué tienes que decir al llamado de Dios a servirle?, no intentes poner una razón sin sentido, cuando tienes a Dios delante de ti. Hónralo, ámalo, sírvele, haz tu mayor esfuerzo y da algo de gran valor hoy mismo para Dios.

2 comentarios:

  1. Muchisimas gracias al Señor por estas palabras!!! por lo que dice aqui ahora entiendo muchas cosas...

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti por estar conectada y leer este blog, bendiciones

    ResponderEliminar