lunes, 19 de marzo de 2012

Liderazgo, más que dirigir o predicar - 4


Irresistible
Un liderazgo irresistible es el sueño de todo aquel que está en el gobierno, que lo amen, que lo busquen, que lo sigan. Pareciera que el afán de ser querido llega a tal extremo que harían cualquier cosa por quedar bien con sus oyentes para ser amados.
Pero, ¿puede haber liderazgo irresistible en la obra de Dios?, personalmente creo que sí, uno de estos ejemplos es la vida de Juan el bautista. Nació con el llamado al servicio, no cualquier trabajo, sino el de preparar el corazón del pueblo para recibir al Mesías. Vivió lejos de las comodidades de la ciudad y se dedicó a predicar el arrepentimiento y bautizar, hizo que mucha gente vuelva al Señor.
Pero al ver su vida, pareciera que pocos siervos o líderes de hoy en día están dispuestos a tener un ministerio como el suyo. Y no me refiero específicamente a vivir en el desierto, vestir pieles de camellos etc. Me refiero a confrontar al mundo con su pecado. Si algo caracterizó la vida de Juan fue sus encontrones con el sistema de su época. Con el mundo en general, sus gobernantes que vivían fuera de la voluntad de Dios y con la hipocresía religiosa. El legalismo y los abusos de parte de aquellos que tenían cierta autoridad.
Increíblemente su liderazgo era atractivo e irresistible. Todos venían a él de diferentes lugares, todos querían escuchar lo que Dios decía por medio de Juan.

Mateo 3:1  En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
2  y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
3  Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:
 Voz del que clama en el desierto:
 Preparad el camino del Señor,
 Enderezad sus sendas.
4  Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.
5  Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán,
6  y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
7  Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
8  Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
Su vestimenta no era la más moderna, su estilo de vida no era el más lujoso o deseable, pero su predicación era impactante. Su vida controversial estaba marcada con el sello del llamado de Dios. El Espíritu Santo lo había capacitado para confrontar el pecado y las personas venían a él para ser bautizados, reconociendo su arrepentimiento y mostrando su deseo de volver a Dios.
La pregunta es: “¿mi liderazgo está marcado por esta fuerza?”, debemos reconocer que muchos de nosotros nos vemos tentados a callar por no ofender a los demás, por no molestarlos y quizá temer que no vuelvan a nuestra iglesia. Hoy se predica un evangelio liviano de amor y paz, donde no importa tu vida, sólo debes abrazar a Cristo y Él te recibirá. Un evangelismo sin compromiso a vivir en santidad, a seguirle, a amarle de todo corazón, alma y mente. 

El apóstol Pablo dijo: “que el evangelio están encubierto para los que se pierden, porque Satanás cegó el entendimiento” ¿Cómo?, con una manera simplificada del evangelio muchas veces. Donde Jesús murió como mártir y si creo en Él soy salvo. Cuando la Biblia dice que el Dios del universo vino a morir y resucitar para traer salvación, y quien espera de nosotros que vivamos como hijos suyos. El apóstol Pedro decía: “convertíos de los ídolos al Dios vivo”.
Vemos un ministerio popular por el mensaje confortable,  pero no por la confrontación, por personas que se rinden a Cristo porque reconocen sus pecados. Sé que no es fácil, que muchos podrán criticarnos, pero el fruto de vidas transformadas merece el precio.

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