Al abrirse la puerta todos vuelven a sus escritorios, algunos saludan con un sonrisa un tanto hipócrita; al pasar, otros hacen una expresión de alivio al no ser sorprendidos en su descanso en horas de trabajo. Ningún hombre intenta acercarse, las mujeres chismosean de ella. No es fea, tiene su propio departamento y coche, es una mujer exitosa, atractiva. Pero tiene un problema: que los hombres le temen, “es inteligente”.
Ha sido tema de debate y chistes, por años ha ido acentuándose
más y más el concepto de que los hombre tienen miedo a una mujer inteligente. Y
hoy más que nunca en la sociedad en la que vivimos, donde la igualdad de género
ya no es una excepción sino una obligación; la mujer toma mayor fuerza y áreas de
desempeños, compitiendo con los hombres y aun quitándoles el puesto.
Pero ¿Qué es la inteligencia?, ¿Es diferente en el
hombre y la mujer?, ¿son los hombres más inteligentes?.
Albert Einstein dijo: Todos somos
muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
El diccionario define a la inteligencia como: la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla
para resolver problemas. La inteligencia, entre otras acepciones es la
"capacidad para entender o comprender" y como la "capacidad
para resolver problemas". La inteligencia parece estar ligada a otras
funciones mentales como la percepción, o capacidad de recibir información, y la
memoria, o capacidad de almacenarla.
No estamos hablando de igualdad, ya que eso se puede
dejar a lo social; sino a que si somos iguales fisiológicamente y la verdad es
que no. La antropología, la psicología y la neurología están de acuerdo en
señalar que las mentes masculinas y femeninas son distintas (que cada género
posee una manera particular de organizar y procesar la información, pero
ninguna supera a la otra). Se trata de dos estilos de procesamiento, dos
maneras de pensar, que de ninguna manera son irreconciliables.
Las
mujeres piensan en forma más holística (global), son más flexibles (menos
rígidas y dispuestas a tener en cuanta la excepción a la regla), más intuitivas
e imaginativas a la hora de buscar soluciones, y prefieren hacer planes a más
largo plazo. A veces les cuesta tomar una cosa a la vez. Los hombres somos más atentos (circunscritos), nos cuesta suspender lo que estamos haciendo, nos gustan los resultados rápidos (inmediatistas), pensamos de manera más lineal y causal, y preferimos avanzar gradualmente en el logro de los objetivos (análisis por pasos). A veces nos cuesta integrar información dispersa.
Aspectos múltiples vs aspectos secuenciales: La mente femenina funciona con base a un pensamiento en red donde la información es permanentemente totalizada, la mente masculina es concreta, pragmática e hiperconcentrada.
La psicología femenina puede ver más allá de lo inmediato y planificar con mucha anterioridad. La imaginación le permite adentrase al futuro y tener una actitud preventiva de alto rendimiento. Los hombres funcionamos más y mejor en el aquí y el ahora, nos agrada resolver problemas.
La mente masculina tiende a rechazar el pensamiento visceral y las decisiones intuitivas: todo debe ser claramente explicado y analizado antes de tomar una decisión. La mente femenina es capaz de asimilar infinidad de pequeños detalles en un todo significativo y "olfatear" la solución aparentemente sin tantos recursos técnicos. Al ser más flexible asimila incluso aquella información que los hombres eliminan (en ocasiones la solución correcta suele estar precisamente en esos datos desechados). Quizás allí, en esa capacidad de juntar lo aparentemente aislado, reside la famosa intuición femenina, el oráculo de ciertas damas.
La tendencia parece clara: la mujer aglutina y el hombre divide. El hombre ve el árbol y no es capaz de apreciar la belleza del bosque; la mujer se adentra en el bosque, y olvida los árboles. O desde una visión más optimista: el varón cuida más el árbol, mientras la mujer cuida más el bosque.
Esta diferencia produce cierto tipo de sensación de
amenaza para algunos hombres; ellos ven que la ventaja que tienen las mujeres,
sus ideas y su forma de reaccionar o de solucionar los problemas más simples,
como un intento de arrebatarles el poder y el control sobre cierta situación o función.
El machismo social y el orgullo de querer tener la razón, a veces mal enseñado
por la sociedad y también por la iglesia, en el hecho de hablar del hombre como
líder; hace que este temor se acrecenté y afirme.
Pero ¿es verdad que el hombre prefiere una mujer tonta
o básica?, sin el ánimo de ofender a ninguna mujer. Las llamadas “mujeres básicas
o tontas” se refiere a veces a las superficiales que sólo se ocupan de aspectos
de imagen y no desarrollan las habilidades de resolver problemas de forma
efectiva, las que descansan en la guía y manejo del hombre y sólo se disponen a
ser llevadas y cuidadas por él. Algo que para el hombre es favorable, ya que le
permite suplir su necesidad de ser el protector y al mismo tiempo calma la expectativa
de la mujer de tener una figura paterna que la sigue cuidando.
Podemos resumir en dos razones básicas o primarias del
por qué el hombre se aleja de una mujer inteligente: “ser el protector y tener
la razón”. Por lo general en una mujer inteligente, sobresaliente en sus
actividades y con iniciativa, cuestiona las decisiones malas o las acciones irracionales
que a veces tenemos los hombres. Son más precavidas y cuidadosas, entonces según
la perspectiva de los hombres, ella se convierte en alguien difícil de manejar
y no se sujeta a su autoridad.
Lo curioso es que a pesar de las quejas del hombre y
de la batalla de los sexos, es así justamente como Dios las creó. Para que
fueran el complemento de los hombres, la ayuda idónea, que ella pueda
fortalecer nuestras debilidades y faltas, que puedan corregir nuestros errores.
Una mujer inteligente y sabia, sabrá como ganar el corazón
y su lugar en su hogar; una mujer necia derribará su casa como dice el libro de
Proverbios. Un hombre sabio honrará a una mujer sabia, un hombre necio que sólo
quiere satisfacer sus propios intereses y caprichos, tratará de manipular y
manejar a la mujer a su antojo.
Un hombre sabio e inteligente buscará una mujer
inteligente y sabia. Un hombre necio se conformará con una mujer necia. Pájaros
de la misma pluma vuelan juntos.