Existen muchos misterios en el universo, cosas que no
podemos entender ni explicar; cosas que si te pregunta tu hijo de 4 años no
sabes qué decirle y quizás salga con alguna frase trillada o simplemente le
hagas un dibujo para graficar aquello inexplicable.
El amor es una de esas cosas que no se puede explicar o
graficar, no hay formas de medir. Respuestas a: “¿Cuánto me amas?, de aquí a la
luna, ida y vuelta”, son simplemente un intento fallido de dar sentido a algo
que no lo tiene para el entendimiento humano.
Los hombres solemos ser tan básicos y concretos que ponemos al
amor en estamentos de condiciones materialistas o demostraciones
físico-afectivos. Decimos: “siento que me ama porque me regala cosas”, o “sé
que me ama porque me abraza o da besos”. Algunos caemos en algo más carnal y
resumimos el amor en términos sexuales o pasionales; otros en asuntos de
respeto y protección o amparo económico. Pero la pregunta aquí es: “¿son malas
estás cosas?”, no en lo absoluto, todo si está dentro de los parámetros
correspondientes y son expresiones de amor que uno hace o da a su pareja. Pero
ninguna de estas cosas definen al amor o miden al mismo.
Uno puede definir sensaciones, como: “cuando le veo siento
maripositas en el estómago”, o “cuando me dijo que ya no más, sentí un vacío en
el pecho y el alma se me salía”. Estas sensaciones expresan físicamente lo que
ocurre en nuestra mente y corazón al enfrentar situaciones románticas o
amorosas, pero ¿definen al amor?, no.
El amor o enamoramiento te lleva a hacer locuras, a
desvariar, a perder el sentido de la realidad y noción del tiempo. Aumenta tu
ritmo cardiaco, provoca sequedad en tu boca, insomnio, falta de apetito,
excesiva fijación en detalles del aspecto personal; aumenta potencialmente la
capacidad de mentir con tal de estar con la persona amada. Te hace vivir una
ilusión ya que disminuye la percepción de los errores del ser amado y
sobredimensiona sus atributos.
Uno por amor es capaz de hacer cualquier cosa, como viajar
horas, mojarse bajo la lluvia, esperar horas a que llegue, gastarse todos los
ahorros por comprar algún accesorio o regalo. Soportar el rechazo, los
desplantes y hasta perdonar fácilmente cualquier tipo de mala actitud con tal
no empeorar las cosas y no estar enojados. Te pones la camisa que jamás lo
harías sólo porque a ella le gusta, te peinarías de ese modo porque a él le
parece bonito. Todo, es posible si hay amor. Pero aun así todo esto no explica
al amor, son sólo expresiones de algo que está en nuestro pecho, que nos
oprime, nos hace llorar, reír, sudar, cantar, silbar, caminar como tontos y
deambular en nuestros pensamientos de noche. Todo esto provoca el amor en
nosotros.
Para las personas lógicas, el amor no tiene sentido. Para
los científicos realmente no existe es sólo la reacción a impulsos
electromagnéticos producidos por neuronas en conjunción con hormonas y
estímulos sensitivos. Para los románticos es el todo de la vida, aun cuando no
puedan explicarlo. Pero para el mortal promedio como yo es el sentimiento que
hace mover tu vida en razón de alguien o algo. Es el vivo interés en el
bienestar del objeto de tu amor, es la decisión de vivir junto a esa persona
porque la amas y te ama a ti.
El amor no se puede explicar porque somos limitados a este
tiempo y espacio, porque el amor en sí es una persona, es Dios mismo. Uno de
los atributos de Dios es el amor, pero no como una expresión sentimental sino
como una manifestación de su esencia. Dios es, hace y se mueve por amor. No
quiero espiritualizar el tema, pero este es el punto referencial de cómo
debemos expresar y entender el amor.
Si un novio le dice a su pareja que para mostrar amor deben
tener relaciones sexuales, está basando su amor en sus instintos y deseos
físicos y no en el interés por el bienestar del otro, ni en el cuidado que
merece la dignidad de su novia. Si la chica le dice al novio, sino haces esto o
aquello o si no cambias esto de ti, no me amas; ella está basando su amor en la
satisfacción de sus caprichos y aspiraciones, pero no en la aceptación ni en el
deseo del autodesarrollo de su novio. Esto para nada refleja el carácter del
amor y mucho menos el carácter de Dios.
La Biblia habla de que el amor es sufrido, todo lo soporta y
espera, todo lo cree, no ofende ni grita, no busca el mal; todos estos son
atributos o acciones de Dios hacia el hombre y pruebas fehacientes de que el
amor es algo real y vivencial, puedes practicarlo, puedes experimentarlo,
puedes disfrutarlo.
Desde mi humilde opinión, no trates de explicar o
encontrarle sentido al amor. El amor es algo que ocurre y se produce. Ocurre
porque en cierto momento de tu vida conoces a alguien y te conectas con ella de
una forma increíble y sabes que puedes crear una relación de amor con esa
persona. Se produce, porque al conocer y descubrir a esta persona decides
amarla y dedicarte a vivir un futuro con ella. El amor comienza a fluir y
provocar todas esas cosas que vimos al inicio, comienzas a soñar y proponer una
vida junto a este amor.
El amor no tiene explicación porque no hay recetas, sólo se
forma; no tiene sentido porque en cada vida es una experiencia totalmente
diferente, se amalgama en la química propia de cada individuo. No tiene forma
porque no hace diferencia de clases, ni color, ni apariencia. No tiene medida
porque es imposible amar bajo una regla, se ama con todo o no se ama.
No trates de darle un sentido, sino más bien un curso, dale
una dirección; que tu amor hacia alguien esté bajo los parámetros de Dios, que
sea Él quien te guíe a tomar las mejores decisiones. Construye con el
fundamento eterno de su Palabra para que puedas gozar de los beneficios de
vivir una vida digna ante Dios y los hombres. Da pasos de respeto y dignidad a
tu pareja, hónrala, protégela, no permitas que caiga en boca de gente chismosa.
Haz que tu amor sea un faro que guíe a otros hacia una relación de amor con
Dios.
“El amor nunca deja de ser”, así lo explicó Dios para que
nosotros podamos entender que el amor es lo que nos permite vivir, ser y
sentir. Lucha por un amor verdadero, cree, sueña y da lo mejor de ti para amar
y ser amado. No le busques la lógica, no te quedes con las malas experiencias,
no te aterres tras las historias macabras de desilusiones de algún amigo. Sé tú
mismo y vive lo que Dios te permite vivir, depende de Él y vas a encontrar el
amor que tanto necesitas y deseas. Prepárate para amar a alguien así.
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