Dios preguntó a su pueblo:
Jeremías 2:5 Así dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí
vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se
hicieron vanos?
A los ojos de los hombres Dios había cometido el error, Dios
dejó de atenderlos, no les dio lo que pidieron y buscaron en otros lados. Dios
en un acto de amor confronta a su pueblo, le muestra cuanto le interesa tener
una buena relación con ellos, Él sabe que es lo mejor para ellos. Dios es el
que busca arreglar las cuentas con nosotros, pero muchas veces en nuestra
necedad nos comportamos peor que los que no creen en Él y dejamos lo mejor del
mundo por lo vano y superficial del pecado, por lo momentáneo cambiamos lo
eterno; lo realmente valioso por baratijas de plástico. Dios continuó en su búsqueda
de restaurar la vida de su pueblo y pregunta otra vez:
Jeremías 2:11 ¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses,
aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo
que no aprovecha.
12 Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos;
desolaos en gran manera, dijo Jehová.
13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me
dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas
que no retienen agua.
¿Has pensado en las consecuencias de no estar cerca de Dios?,
¿de alejarte de Él? Y no es que Dios te va a castigar por lo abandonas, sino
que vas a sufrir las consecuencias de vivir según este mundo, desaprovechando
la ventaja de tomar agua pura y viva, agua Eterna de Él, vas a arruinar tu
vida, porque en el mundo sólo encontrarás eso.
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