jueves, 4 de febrero de 2016

El amor no tiene explicación

Existen muchos misterios en el universo, cosas que no podemos entender ni explicar; cosas que si te pregunta tu hijo de 4 años no sabes qué decirle y quizás salga con alguna frase trillada o simplemente le hagas un dibujo para graficar aquello inexplicable.
El amor es una de esas cosas que no se puede explicar o graficar, no hay formas de medir. Respuestas a: “¿Cuánto me amas?, de aquí a la luna, ida y vuelta”, son simplemente un intento fallido de dar sentido a algo que no lo tiene para el entendimiento humano.

Los hombres solemos ser tan básicos y concretos que ponemos al amor en estamentos de condiciones materialistas o demostraciones físico-afectivos. Decimos: “siento que me ama porque me regala cosas”, o “sé que me ama porque me abraza o da besos”. Algunos caemos en algo más carnal y resumimos el amor en términos sexuales o pasionales; otros en asuntos de respeto y protección o amparo económico. Pero la pregunta aquí es: “¿son malas estás cosas?”, no en lo absoluto, todo si está dentro de los parámetros correspondientes y son expresiones de amor que uno hace o da a su pareja. Pero ninguna de estas cosas definen al amor o miden al mismo.

Uno puede definir sensaciones, como: “cuando le veo siento maripositas en el estómago”, o “cuando me dijo que ya no más, sentí un vacío en el pecho y el alma se me salía”. Estas sensaciones expresan físicamente lo que ocurre en nuestra mente y corazón al enfrentar situaciones románticas o amorosas, pero ¿definen al amor?, no.

El amor o enamoramiento te lleva a hacer locuras, a desvariar, a perder el sentido de la realidad y noción del tiempo. Aumenta tu ritmo cardiaco, provoca sequedad en tu boca, insomnio, falta de apetito, excesiva fijación en detalles del aspecto personal; aumenta potencialmente la capacidad de mentir con tal de estar con la persona amada. Te hace vivir una ilusión ya que disminuye la percepción de los errores del ser amado y sobredimensiona sus atributos.

Uno por amor es capaz de hacer cualquier cosa, como viajar horas, mojarse bajo la lluvia, esperar horas a que llegue, gastarse todos los ahorros por comprar algún accesorio o regalo. Soportar el rechazo, los desplantes y hasta perdonar fácilmente cualquier tipo de mala actitud con tal no empeorar las cosas y no estar enojados. Te pones la camisa que jamás lo harías sólo porque a ella le gusta, te peinarías de ese modo porque a él le parece bonito. Todo, es posible si hay amor. Pero aun así todo esto no explica al amor, son sólo expresiones de algo que está en nuestro pecho, que nos oprime, nos hace llorar, reír, sudar, cantar, silbar, caminar como tontos y deambular en nuestros pensamientos de noche. Todo esto provoca el amor en nosotros.

Para las personas lógicas, el amor no tiene sentido. Para los científicos realmente no existe es sólo la reacción a impulsos electromagnéticos producidos por neuronas en conjunción con hormonas y estímulos sensitivos. Para los románticos es el todo de la vida, aun cuando no puedan explicarlo. Pero para el mortal promedio como yo es el sentimiento que hace mover tu vida en razón de alguien o algo. Es el vivo interés en el bienestar del objeto de tu amor, es la decisión de vivir junto a esa persona porque la amas y te ama a ti.

El amor no se puede explicar porque somos limitados a este tiempo y espacio, porque el amor en sí es una persona, es Dios mismo. Uno de los atributos de Dios es el amor, pero no como una expresión sentimental sino como una manifestación de su esencia. Dios es, hace y se mueve por amor. No quiero espiritualizar el tema, pero este es el punto referencial de cómo debemos expresar y entender el amor.

Si un novio le dice a su pareja que para mostrar amor deben tener relaciones sexuales, está basando su amor en sus instintos y deseos físicos y no en el interés por el bienestar del otro, ni en el cuidado que merece la dignidad de su novia. Si la chica le dice al novio, sino haces esto o aquello o si no cambias esto de ti, no me amas; ella está basando su amor en la satisfacción de sus caprichos y aspiraciones, pero no en la aceptación ni en el deseo del autodesarrollo de su novio. Esto para nada refleja el carácter del amor y mucho menos el carácter de Dios.

La Biblia habla de que el amor es sufrido, todo lo soporta y espera, todo lo cree, no ofende ni grita, no busca el mal; todos estos son atributos o acciones de Dios hacia el hombre y pruebas fehacientes de que el amor es algo real y vivencial, puedes practicarlo, puedes experimentarlo, puedes disfrutarlo.
Desde mi humilde opinión, no trates de explicar o encontrarle sentido al amor. El amor es algo que ocurre y se produce. Ocurre porque en cierto momento de tu vida conoces a alguien y te conectas con ella de una forma increíble y sabes que puedes crear una relación de amor con esa persona. Se produce, porque al conocer y descubrir a esta persona decides amarla y dedicarte a vivir un futuro con ella. El amor comienza a fluir y provocar todas esas cosas que vimos al inicio, comienzas a soñar y proponer una vida junto a este amor.

El amor no tiene explicación porque no hay recetas, sólo se forma; no tiene sentido porque en cada vida es una experiencia totalmente diferente, se amalgama en la química propia de cada individuo. No tiene forma porque no hace diferencia de clases, ni color, ni apariencia. No tiene medida porque es imposible amar bajo una regla, se ama con todo o no se ama.

No trates de darle un sentido, sino más bien un curso, dale una dirección; que tu amor hacia alguien esté bajo los parámetros de Dios, que sea Él quien te guíe a tomar las mejores decisiones. Construye con el fundamento eterno de su Palabra para que puedas gozar de los beneficios de vivir una vida digna ante Dios y los hombres. Da pasos de respeto y dignidad a tu pareja, hónrala, protégela, no permitas que caiga en boca de gente chismosa. Haz que tu amor sea un faro que guíe a otros hacia una relación de amor con Dios.


“El amor nunca deja de ser”, así lo explicó Dios para que nosotros podamos entender que el amor es lo que nos permite vivir, ser y sentir. Lucha por un amor verdadero, cree, sueña y da lo mejor de ti para amar y ser amado. No le busques la lógica, no te quedes con las malas experiencias, no te aterres tras las historias macabras de desilusiones de algún amigo. Sé tú mismo y vive lo que Dios te permite vivir, depende de Él y vas a encontrar el amor que tanto necesitas y deseas. Prepárate para amar a alguien así.