jueves, 31 de diciembre de 2015

Así comencemos el 2016

Cada inicio de año nos planteamos muchas cosas, nos da temor no saber qué va a ocurrir, no sabemos cómo alcanzaremos todos estos proyectos y por sobre todo no sabemos con la ayuda de quien.

Creo que es una buena forma de comenzar el año, pensar en estas tres cosas fundamentales en la vida de todo aquel que se acerca a Dios.

Génesis 26:3  Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; …

1-      Somos forasteros, aunque vivimos en este mundo nuestra ciudadanía está en el cielo y debemos vivir como forasteros, sólo estamos de paso; no comprometernos con las cosas de este mundo. Debemos considerar que nuestro paso por la vida es sólo momentáneo y nos espera algo mucho mejor en nuestra patria celestial.
2-     Dios está con nosotros, es su compromiso personal, Él asume esta responsabilidad y todos los beneficios que conlleva. Dios está a nuestro lado, Él va con nosotros y no se separa en ningún momento, nos guía y nos protege; y eso nos da seguridad.
3-     Su bendición, es imposible pensar en estar caminando con Dios y no tener su bendición, el mismo hecho de que estemos en su presencia ya es una gran bendición. Disfrutaremos de sus bendiciones al estar a su lado. Dios transforma nuestra vida y nuestro entorno y todo lo que nos pueda ocurrir de ahí en más será de gran bendición para tu vida.

Comencemos este año así, teniendo presente cómo vamos a transitar por él, solos o con la presencia y bendición de Dios en nuestra vida. 

martes, 29 de diciembre de 2015

¿Duermes?

Yo he podido experimentar esto de llegar tan cansado y desplomarme en la cama y dormir totalmente agotado por un día lleno de trabajo y aunque no tenía mucho dinero tenía la satisfacción de haber trabajado. Y no me refiero al trabajo tras un monitor, sino a pintar las paredes de una escuela o limpiar un terreno y cortar el pastor por horas bajo el sol; un verano tuve que limpiar una piscina todos los días desde las 6 de la mañana hasta las 10, terminé más moreno de lo que soy normalmente. Así que esas horas de descanso bien merecidas son realmente dulces.

Eclesiastes 5:12  Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.

Pero triste es la vida del que sólo se pasa afligido por lo que tiene o quiere y por el miedo a perder lo que tiene. Algunos tienen tanto que no pueden descansar porque las preocupaciones no les dejan. Luchan tanto por alcanzar sus ambiciones que después no pueden disfrutarlas porque ahora viven para ellas. Conocí a un hombre que planificación su retiro de vejes, pero tras cambios en el sistema de gobierno de su país, toda esa estrategia de vida, se perdió y ahora pagaba tantos impuestos por sus vienes que sólo podía tener dos opciones: o vendía lo que tenía, o trabajaba para poder pagar los impuestos y no se desprendía de lo que por años logró alcanzar. Realmente es frustrante para mí pensar en esto. 

Dios quiere darte una vida abundante, pero esto no habla de riquezas materiales sino de momentos ricos y llenos de gozo. Trata de que tu día tenga un espacio para cada cosa importante; el trabajo debe proveer lo necesario para que puedas disfrutar de tu familia y de los amigos; disfrutar un café, de una caminata; de una buena película en el cine o una tarde de juego con amigos o familia.


¿Cuánto tiempo dedicas a tu trabajo?, ¿Duermes?, ¿El trabajo te absorbe o es la herramienta para alcanzar el bienestar familiar?. Mira bien cómo inviertes tu tiempo y cómo eres ante el deseo de tener bienes materiales. Dios te quiere dar lo mejor, disfruta de lo que te da.

jueves, 10 de diciembre de 2015

¿Ya te cansaste?

Quiero comenzar haciendo una pregunta: ¿te cansaste alguna vez de perseguir un sueño?, vamos, seamos sinceros; a todos nos ha pasado que nos vemos a mitad del camino, en medio de la nada preguntándonos ¿cómo diablos llegamos a este punto?.


Probablemente al igual que yo, sentiste alguna vez que lo que comenzaste como la carrera de tu vida para alcanzar ese sueño se fue desvaneciendo y quizás ni siquiera por tu culpa sino porque otros, los que eran parte de ese sueño o esperanza, decidieron cambiar de rumbo y ahora te ves con las manos en las rodillas, inclinado hacia el frente y preguntándote: “¿Qué hago ahora?”. Si te sirve de consuelo, creo que no hay una respuesta para eso. Sí, no la hay, porque eres tú el que tiene que ingeniarse cómo seguir o hacia a dónde ir. No dejes que otros tomen la decisión por ti, es tu sueño, tu carrera, tus decisiones.

Quizás sientas la tentación de dejar todo a un lado y volver, quizás decidas sentarte al costado del camino y no moverte más, o tal vez decidas que es momento de continuar una milla más. Soy del tipo de personas que siempre pienso que rendirse no es una opción en la vida, que posiblemente eso que sueñas está un peldaño más arriba nada más, a unos pocos pasos de ti, y si decides dejar todo porque simplemente no entiendes lo que pasa en este momento; puedes perderlo todo.


Quiero animarte a que no dejes de correr, no te rindas así porque sí. Si no quieres o no sabes a dónde avanzar, sólo detente un momento, toma un respiro, siéntate en el borde del asfalto; puedes mirar el paisaje si deseas, y continúa. Los que triunfan en la vida no siempre son las mentes más brillantes, sino las cabezas más duras, aquellos que persisten cuando todos se rindieron. Estírate a un poco más, esfuérzate para que todo esto valga la pena. Dios te dará las fuerzas.