Se nos ha preparado por más de 19 años para que seamos
profesionales, hemos estudiado mucho para ser un médico, chef o ingeniero. Pero
en un curso pre matrimonial de dos semanas se supone que aprendemos a vivir y
sobrevivir al matrimonio.
Muchos nos casamos sin tener idea de la realidad y es más
nos casamos con un cúmulo de ilusiones y fantasías que en pocos meses se vienen al piso y comenzamos a
pisar el crudo suelo de la realidad.
Esta realidad no quita el amor que sentimos por la pareja,
pero nos lleva a hacer la pregunta más cruel del mundo, la que nos hace sentir
culpables y la persona más desagradable por preguntarnos algo así, y es: ¿Por
qué me casé?
Bueno, la idea es que podamos entender algunos puntos que
puedan traer claridad a nuestra vida y ver cuál es el plan de Dios para un
matrimonio; y entonces, aprendamos a vivir en pareja.
¿Por qué me casé?
Esta pregunta todos se han hecho, y no creo que sea un
pecado el preguntárselo. Podría direccionar tu matrimonio si lo haces de la
forma correcta; sin embargo creo que esta pregunta está hecha fuera de tiempo,
deberíamos haberla hecho antes de
casarnos. Porque la razón por la que muchos nos casamos estaban basadas
en necesidades y no en una clara visión de la vida y plan de Dios.
Necesidades propias: afectiva, de independencia, sexuales, o
pensar que si me casaba iba a madurar y tener un status social aceptable.
El punto es que muchas veces cuando tenemos conflictos en el
matrimonio la frustración aumenta porque no damos respuesta a esta pregunta.
Entonces si identificamos la razón podemos encontrar una forma de aprender a
vivir junto a mi pareja.
La gran pregunta errada - ¿y si me hubiera casado con? Esta
es una de las peores preguntas que podemos hacer, porque se basa en una
hipótesis en otra ilusión que no tendremos la respuesta, solamente
suposiciones. La verdad es que no importa con quien te hubieras casado, si fue
por la razón de suplir una necesidad personal,
ibas a tener los mimos conflictos.
El problema con estar con alguien por suplir una necesidad
es que cuando esa necesidad es suplida y surgen nuevas necesidades y esta
persona no las puede suplir, vas a buscar en otro lado llenarlas y esto podría
ser terrible.
Qué dice Dios
Bueno la biblia es clara, Dios dice varias cosas acerca del
matrimonio:
Efe 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor;
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
33 Por lo
demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer
respete a su marido.
Mat 19:6 Así que no son ya más
dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
El plan de Dios para un matrimonio es que ambos reflejen la
fidelidad de Cristo y el amor de Dios para con la iglesia. Dios puede mantener
un matrimonio feliz y en armonía bajo sus parámetros y guía. Dios puede y da
todas las garantías y oportunidades para que seamos felices pero “por la dureza
del corazón del hombre” no siempre es posible.
No existe la persona que Dios tiene para mí, pero una vez
que encontramos una persona con la que decidimos casarnos esa persona pasó a
ser la voluntad de Dios para mí, no por ser un individuo elegido sino porque
todo lo que Dios dice sobre el matrimonio, cómo vivir y sus responsabilidades,
serán cumplidas en él. No importa si es inmaduro, inconstante, si fue una mala
decisión, sea lo que sea ahora que estamos casados esta persona es la voluntad
de Dios y no lo puedo separar.
Qué hace el amor
El amor no mantiene el compromiso. El amor no llena los
espacios vacíos, el amor no es el agüita de manzanilla sobre las heridas. El
amor no ayuda a vivir conforme a la voluntad de Dios, el amor nos hace actuar
como lo haría Dios, el amor es un mandato y el amor proporciona un ambiente de
seguridad.
El compromiso que tenemos con la otra persona hace que
nuestro amor sea más fuerte, mantiene y sostiene al amor. Me recuerda que debo
amarla. El amor es una decisión y es un mandato de parte de Dios. Debo
obedecerlo, cultivarlo y mantenerlo.
Habrán momentos en que pareciera que el amor no tiene
fuerzas o ponemos el amor en otras cosas o personas, pero el amor debe ser algo
claro que debo tener en mi vida, yo debo amar a mi pareja. Quizá no sienta amor
de esposo, pero debería amarlo como a hermano, como a prójimo y hasta como
enemigo pero debo amarlo.
El amor te ayudará a ti a seguir la dirección de Dios. A
veces pensamos que si amamos el otro es beneficiado y se va a aprovechar de mi
amor y para qué gastar tanto amor en alguien así. Pero cuando yo obro y actúo
en amor, soy yo el beneficiado porque soy yo el que vive según Dios y Dios hará
el resto. Por fe y obediencia debo vivir en amor.
Cómo caminar
juntos
No toda la vida es color de rosas ni recibimos chocolates
todas las mañana sobre nuestra almohada con una nota diciendo “te amo”. Así que
para aprender a vivir hay que ser inteligente. Planificar y hacer proyectos que
van a ayudar a que juntos tengamos metas en común y podamos aplicar los
principios de vida.
- Perdonar: al igual que el amor es una decisión, es tomar todas esas cosas malas que nos han hecho y dejarlos sobre el altar y cubrirlas con la sangre de Cristo, es decidir volver a comenzar a pesar de.
- Amar: es decidir depositar mi amor e interés en mi pareja a pesar de. Es decidir obedecer a Dios. Si no quiero amar no es un problema matrimonial sino un problema espiritual.
- Asumir: tomar en cuenta que es lo que Dios pide de mí y asumir mi responsabilidad ante Él
- Proyectar: juntos diseñar un plan de vida, a metas que puedan llegar juntos, puede ser algo material, espiritual, profesional. Pero donde ambos van a ser parte y colaborador del otro. Ayudarse mutuamente a alcanzar esa meta y comprometerse a cumplir su parte.
- Consiente: reconocer que no podemos solos y necesitaremos la ayuda de alguien, aprender a reconocer los errores y buscar que alguien nos asesore, guie y supervise como vamos. Hacer una medición de la situación o evaluación para ver cómo hemos avanzado y qué cosas debemos fortalecer.
- Expresivo: aunque nos cueste debemos expresar amor y cariño, aunque a veces nos sintamos cansados debemos enfocar nuestra atención en la otra persona y darle muestras sinceras de amor, pequeños detalles como se conocieron. El amor no es un concepto es una manifestación debemos expresarlo.