viernes, 22 de febrero de 2013

Matrimonio, aprendiendo a vivir

Se nos ha preparado por más de 19 años para que seamos profesionales, hemos estudiado mucho para ser un médico, chef o ingeniero. Pero en un curso pre matrimonial de dos semanas se supone que aprendemos a vivir y sobrevivir al matrimonio.
Muchos nos casamos sin tener idea de la realidad y es más nos casamos con un cúmulo de ilusiones y fantasías que en  pocos meses se vienen al piso y comenzamos a pisar el crudo suelo de la realidad.
Esta realidad no quita el amor que sentimos por la pareja, pero nos lleva a hacer la pregunta más cruel del mundo, la que nos hace sentir culpables y la persona más desagradable por preguntarnos algo así, y es: ¿Por qué me casé?
Bueno, la idea es que podamos entender algunos puntos que puedan traer claridad a nuestra vida y ver cuál es el plan de Dios para un matrimonio; y entonces, aprendamos a vivir en pareja.

¿Por qué me casé?
Esta pregunta todos se han hecho, y no creo que sea un pecado el preguntárselo. Podría direccionar tu matrimonio si lo haces de la forma correcta; sin embargo creo que esta pregunta está hecha fuera de tiempo, deberíamos haberla hecho antes de  casarnos. Porque la razón por la que muchos nos casamos estaban basadas en necesidades y no en una clara visión de la vida y plan de Dios.
Necesidades propias: afectiva, de independencia, sexuales, o pensar que si me casaba iba a madurar y tener un status social aceptable.
El punto es que muchas veces cuando tenemos conflictos en el matrimonio la frustración aumenta porque no damos respuesta a esta pregunta. Entonces si identificamos la razón podemos encontrar una forma de aprender a vivir junto a mi pareja.
La gran pregunta errada - ¿y si me hubiera casado con? Esta es una de las peores preguntas que podemos hacer, porque se basa en una hipótesis en otra ilusión que no tendremos la respuesta, solamente suposiciones. La verdad es que no importa con quien te hubieras casado, si fue por la razón de suplir una necesidad personal,  ibas a tener los mimos conflictos.
El problema con estar con alguien por suplir una necesidad es que cuando esa necesidad es suplida y surgen nuevas necesidades y esta persona no las puede suplir, vas a buscar en otro lado llenarlas y esto podría ser terrible.

Qué dice Dios
Bueno la biblia es clara, Dios dice varias cosas acerca del matrimonio:
Efe 5:22  Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
25  Maridos, amad a vuestras mujeres,  así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
31  Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
33  Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
Mat 19:6  Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

El plan de Dios para un matrimonio es que ambos reflejen la fidelidad de Cristo y el amor de Dios para con la iglesia. Dios puede mantener un matrimonio feliz y en armonía bajo sus parámetros y guía. Dios puede y da todas las garantías y oportunidades para que seamos felices pero “por la dureza del corazón del hombre” no siempre es posible.
No existe la persona que Dios tiene para mí, pero una vez que encontramos una persona con la que decidimos casarnos esa persona pasó a ser la voluntad de Dios para mí, no por ser un individuo elegido sino porque todo lo que Dios dice sobre el matrimonio, cómo vivir y sus responsabilidades, serán cumplidas en él. No importa si es inmaduro, inconstante, si fue una mala decisión, sea lo que sea ahora que estamos casados esta persona es la voluntad de Dios y no lo puedo separar.

Qué hace el amor
El amor no mantiene el compromiso. El amor no llena los espacios vacíos, el amor no es el agüita de manzanilla sobre las heridas. El amor no ayuda a vivir conforme a la voluntad de Dios, el amor nos hace actuar como lo haría Dios, el amor es un mandato y el amor proporciona un ambiente de seguridad.
El compromiso que tenemos con la otra persona hace que nuestro amor sea más fuerte, mantiene y sostiene al amor. Me recuerda que debo amarla. El amor es una decisión y es un mandato de parte de Dios. Debo obedecerlo, cultivarlo y mantenerlo.
Habrán momentos en que pareciera que el amor no tiene fuerzas o ponemos el amor en otras cosas o personas, pero el amor debe ser algo claro que debo tener en mi vida, yo debo amar a mi pareja. Quizá no sienta amor de esposo, pero debería amarlo como a hermano, como a prójimo y hasta como enemigo pero debo amarlo.
El amor te ayudará a ti a seguir la dirección de Dios. A veces pensamos que si amamos el otro es beneficiado y se va a aprovechar de mi amor y para qué gastar tanto amor en alguien así. Pero cuando yo obro y actúo en amor, soy yo el beneficiado porque soy yo el que vive según Dios y Dios hará el resto. Por fe y obediencia debo vivir en amor.

Cómo caminar juntos
No toda la vida es color de rosas ni recibimos chocolates todas las mañana sobre nuestra almohada con una nota diciendo “te amo”. Así que para aprender a vivir hay que ser inteligente. Planificar y hacer proyectos que van a ayudar a que juntos tengamos metas en común y podamos aplicar los principios de vida.
  • Perdonar: al igual que el amor es una decisión, es tomar todas esas cosas malas que nos han hecho y dejarlos sobre el altar y cubrirlas con la sangre de Cristo, es decidir volver a comenzar a pesar de.
  • Amar: es decidir depositar  mi amor e interés en mi pareja a pesar de. Es decidir obedecer a Dios. Si no quiero amar no es un problema matrimonial sino un problema espiritual.
  • Asumir: tomar en cuenta que es lo que Dios pide de mí y asumir mi responsabilidad ante Él
  • Proyectar: juntos diseñar un plan de vida, a metas que puedan llegar juntos, puede ser algo material, espiritual, profesional. Pero donde ambos van a ser parte y colaborador del otro. Ayudarse mutuamente a alcanzar esa meta y comprometerse a cumplir su parte.
  • Consiente: reconocer que no podemos solos y necesitaremos la ayuda de alguien, aprender a reconocer los errores y buscar que alguien nos asesore, guie y supervise como vamos. Hacer una medición de la situación o evaluación para ver cómo hemos avanzado y qué cosas debemos fortalecer.
  • Expresivo: aunque nos cueste debemos expresar amor y cariño, aunque a veces nos sintamos cansados debemos enfocar nuestra atención en la otra persona y darle muestras sinceras de amor, pequeños detalles como se conocieron. El amor no es un concepto es una manifestación debemos expresarlo.