miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lo que es imposible para el chancho


Nunca me lo pude imaginar, pero eso tiene de bueno internet, te da datos que quizá no lo puedas encontrar en un periódico o libro. Me encantan los animales, es más cuando tenía 8 años soñaba con ser veterinario. Siempre tuvimos animales en nuestra casa, crecí en una zona rural en Misiones, Argentina, muy cerca de Paraguay. Teníamos una pequeña chacra o granja, con diferentes animales. Pero sobre todo me encantaban los gatos.

Cada uno de estos animales tienen características particulares que lo hacen especiales y me maravillo con el diseño de Dios en esto. Me parece casi imposible creer que alguien piense que es producto de la evolución. Bueno pero este es otro tema.

Sabían que el chancho, cerdo o cochino, como lo quieran llamar; es incapaz de mirar al cielo, es imposible físicamente para él. No puede levantar su cabeza y mirar hacia arriba, es algo curioso ¿verdad?. Para nosotros pensar en algo así es casi una locura lo podemos hacer sin ningún problema, es lo más natural para nosotros, pero para el pobre chanchito no.

¿Cuál es el punto? No lo sé, me quedé pensando en esto en relación con mi vida espiritual, cuando ando bajoneado, con pocas energías, desanimado, con poca fe, me vuelvo chancho, todo me pesa, me gusta revolcarme en mi propio pecado y desánimo, me gusta estar tirado en el suelo sin que nadie me moleste. Cuando estoy desanimado soy incapaz de mirar al cielo, el fango de mi chiquero, la suciedad que me rodea me mantiene con la cabeza agacha, sólo mirando mi propia condición. Es difícil mirar a Dios cuando estamos desanimados; es difícil creerle a Dios, es difícil pensar en que podemos salir de ese estado, es imposible levantar la cabeza y mirar al cielo.

Estoy seguro que en algún momento te sentiste así, con pocas ganas, sin ganas de mirar hacia arriba, pero Dios hace algo maravilloso en nosotros. Su amor y bondad no saca del chiquero, nos limpia y nos coloca en un lugar de altura, cerca de su presencia, donde es imposible no contemplar el cielo, su gloria, su paz. Donde el Sol irradia tu rostro y la brisa te levanta el ánimo. Donde dejas de ser chancho para convertirte en águila, tienes nuevas fuerzas, alas para volar, razones para estar en el cielo, en lo alto.

Sal 40:1 Pacientemente esperé a Jehová,
 Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
2  Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
 Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3  Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
 Verán esto muchos, y temerán,
 Y confiarán en Jehová.
4  Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,…

Dios es el que hace esto por nosotros, nos levanta, nos rescata, nos limpia y nos pone en un lugar seguro. El pasaje dice que “pone un nuevo cántico” que somos “bienaventurados los que confiamos en Él”.

No seas chancho, no quedes mirando la miseria de tu chiquero, clama y espera en Dios, Él hará el resto.

martes, 29 de noviembre de 2011

¿A qué hora llega la muerte?


Creo que todos nos hemos preguntado esto alguna vez, o quizás: ¿Cuándo moriré?. Pareciera que la muerte es un enigma para el hombre que llama tanto su atención como lo llena de miedo. Existen películas sobre ella, canciones, libros, personas que aseguran hablar con lo que ya no están (claro que sabemos que es un engaño). Algunos tratan de desafiar a la muerte diciendo que no van a ser alcanzados por ella. Otros la veneran, le rinden culto y le hacen fiesta como en México.

Jerome Irving Rodale: fundador del movimiento pro alimento biológico y editor, vaticinó en una entrevista en 1971 que viviría hasta los 100 años. Murió pocos días después, de un ataque al corazón, a los 72 años.
Nadie tiene la vida comprada. Dios nos advierte sobre este tipo de pensamientos, el creernos capaces de controlar o retener nuestras vidas.

Eclesiastes 8:8  No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee.

Nadie puede determinar el día de su muerte, pareciera que tuviera alma propia, que la muerte es un ser que busca a quien devorar. Dios le dio esa autoridad cumpliendo así su propósito. La muerte es el juicio por mi pecado.

El Señor Jesús contó una parábola sobre un hombre, que como Joreme Irving, planificó vivir mucho, pero no temió a Dios y el epilogo de su vida fue INSENSATO.

Lucas 12:20  Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?

Pero tranquilo, hay esperanza. Todo aquel que deposite su fe en Cristo Jesús, todo aquel que cree en que Él vino al mundo, entregó su vida en rescate por nuestros pecados, y que resucitó para darnos vida eterna no debe temer a la muerte. Después de todo, la muerte será sólo el traspaso a su presencia. Jesús fue el único que supo cuándo y dónde iba a morir, lo predijo una y otra vez, y enfrentó a la muerte porque sabía que morir significaba la vida para mí. Él cruzó el valle de la muerte para darme vida eterna, Él sufrió el frio de una tumba para darme calor de hogar en la familia del Padre celestial.

Sí, es cierto, no podemos tener el control del día de nuestra muerte, pero sí la seguridad de dónde nos iremos cuando muramos. Gracias Dios por darme la salvación y vida eterna, gracias Padre por hacer que la muerte en mí sólo sea la forma de llegar a ti. Gracias Jesús por ocupar mi lugar y pagar el precio de mi pecado, gracias por vencer a la muerte y traer vida. Amén.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Creer o no creer, esa es la cuestión


Es interesante como somos los seres humanos, nuestra mayor tendencia es a desconfiar, a no creer. Quizá porque tampoco somos fieles y veraces en lo que decimos, quizá porque prometemos sabiendo que no lo vamos a cumplir, o que no esperamos que nos crean.

Pienso que muchas veces reaccionamos a lo que nos dicen los demás, porque pensamos que si nosotros estuviéramos en esa posición no lo haríamos sinceramente. Bueno, estoy especulando, no quiero decir que todos hacemos eso. Pero piensa un poco, cuando das una buena noticia a alguien, la gran mayoría dice: “¡no te creo!, ¡mentira!”.

Es curioso que pensamos lo mismo de Dios, cuando Él nos dio por anticipado un aviso y llega el momento no lo podemos identificar ni creer. No digo que no creemos en Dios sino que no le creemos a Él. Cuando estamos ante una promesa cumplida, ante una gran bendición llegamos a dudar hasta de dónde proviene.

Una vez di una ofrenda a un hermano que estaba pasando por una necesidad, realmente Dios movió mi corazón a hacerlo; y cuando se lo di me dijo: “¿y esto, para qué es?, no lo puedo aceptar, no hace falta.” Es increíble, Dios estaba proveyendo para sus necesidades y él se negaba a creer que era de parte de Dios. Pensaba que era por lástima o por compromiso, me persuadía a que le prestara el dinero en vez de que se lo ofrendara. ¿No somos así todos? Dudamos tanto de los demás que no podemos esperar algo gratuito o por amor, siempre pensamos que hay alguna razón escondida.

Los discípulos del Señor Jesús habían escuchado por mucho tiempo que Él sería entregado, muerto y que resucitaría al tercer día, pero la Biblia se encarga de aclarar que ellos no entendieron. Ellos decían: ¡qué lindo! Hace tantos milagros que puede resucitar, pero en realidad no creían que tal cosa sucedería.

Mar 16:11  Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.

De pronto entra en la escena una mujer agitada, casi sin palabras, tanto por el cansancio de haber corrido con la noticia como por la emoción, al contarles lo que sabía, que Jesús había resucitado, no le creyeron. Era todo muy reciente, todo muy traumático. Uno de ellos lo traicionó, el otro le negó, otro estaba todo el tiempo cerca pero no pudo rescatarle. Todos los que decían amarle escaparon. Era demasiada la culpa y el sentimiento de fracaso como para creer en esas cosas. Nosotros prometimos mucho y le fallamos, nadie cumple sus promesas. ¿Cómo crees que haya resucitado? Mujer, estás muy afligida por todo, muy estresada, no dormiste bien y estás alucinando. No te creemos.  

A través de la Biblia que Dios jamás juzgó el miedo del hombre, porque es natural en nosotros, pero sí la falta de fe, la duda. No creer en Dios, en lo que Él dice, no creerle a Él, eso sí es pecado. Dios te dice: “no temas, yo estoy contigo”. Te dice: “ten ánimo, confía”. Te exhorta: “cree en mí, no dudes”.

Quizá estás pasando por momentos en los que te cuesta creer que Dios está obrando, quizá te cueste ver la mano de Dios detrás de todo esto. Pero no dudes, créele a Dios, no decaigas en tu fe. No te olvides que Él es Dios; que es capaz de hacer todo de la nada. No pienses que Él hará las cosas como tú, no hará las cosas a medias sino perfectas, así como Él es.

martes, 15 de noviembre de 2011

Temores en la vida


La juventud se caracteriza por la falta de temor. Ser temerario, un atrevido, arriesgarse a más. Ser joven es sinónimo de fortaleza, de vigor. Nos devoramos el mundo porque tenemos toda una vida por delante. 

Pero en la realidad actual hay muchos jóvenes que viven atormentados por sus miedos y son condicionados a vivir bajo un estilo y forma que en realidad no planearon y mucho menos quieren. Viven bajo estigmas, mascaras y maquillajes de personajes de fantasía, soñando con algún día encontrar un sitio para ellos, un lugar en este rompecabezas, un hogar donde sentirse libre y sin presiones.

El ideal de vida se transforma en una utopía, un sueño pintoresco del que nos hablaron cuando éramos niños y así como papá Noel y los reyes magos, en realidad no existía.

Pero la desdicha tiene sus ventajas, nos hace vivir incómodos en este mundo y nos empuja a buscar un rumbo quizá nuevo para muchos, que lamentablemente si no lo encontramos pasamos al montón de los que buscaron y se terminaron conformando al resto.

“no tengan miedo de ser lo que son, porque, llega un momento en que el hombre deja de ser lo que quiere ser, para pasar a ser lo que la gente quiere y ese es el peor error que comete el ser humano”  

Los jóvenes no son tontos, no son necios y no son infructíferos. Los jóvenes sienten, piensan, sueñan y temen. El miedo es parte de la vida y a veces nos impulsa al cambio y otras nos paraliza. Enfrentar los temores nos ayuda a reconocer nuestras debilidades y fortalezas, quizá a vislumbrar alguna forma de cambiar la situación y encontrar un escape, una guía, un rescate a lo que nos rodea y presiona hoy. 

Temor al presente – que dirán, como me ven, que tengo
Temor al futuro – desconocimiento, desconcierto, desaliento
Temor al pasado – no viví bien, me falto algo, no lo hice.

 Pero Dios te dice:

Isaías 41:10  No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 41:13  Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

Josafat un verdadero pastor


Creo que nadie cumplió el pedido de Jesús como Josafat, “apacienta mis ovejas”. Él fue realmente un pastor y dedicó su vida a buscar a Dios por eso se escribe de él al final de sus días: 

2Crónicas 20:30  Y el reino de Josafat tuvo paz;  porque su Dios le dio paz de todas partes.

Pero ¿Dónde comenzó todo esto? años a tras cuando dispuso su corazón a buscar a Dios.

2Crónnicas 17
1-      Dios estuvo con él, porque anduvo por los caminos de David
2-      Busco a Dios y no los baales
3-      Quitó la idolatría
4-      Enseñó al pueblo la ley

El valor de un hijo de Dios radica en su corazón, lo que decide hacer por su Padre Celestial.  Josafat no buscó agradar al pueblo ni aparentar una religión piadosa, decidió acercarse a Dios, buscarle e imitar la fe de otros que estuvieron antes que él.
Cuando vino el tiempo de prueba, pudo acudir directamente a Dios porque había cultivado una relación íntima con  Él. Pienso que muchas veces no recurrimos a Dios porque no tenemos confianza y pensamos que no valemos la pena para llegar a Él, pero justamente la obra de Cristo en nuestro favor nos acerca al Padre y nos hace dignos de pedir porque “Él nos ha reconciliado con el Padre mediante la sangre de su Cruz”.

Josafat mostró un corazón genuino ante Dios. No fue con zalamerías, dijo las cosas que sentía que sabía y que quería. 2Crónicas. 20.
Comienza este capitulo con una frase: “pasadas estas cosas” ¿Qué cosas? ¿Qué había pasado que fue tan importante para que este capítulo lo remarque? 

Bueno para saber eso sólo es cuestión de leer el capítulo anterior comienza con una exhortación departe de Dios. Josafat había hecho algo malo, se había dejado influenciar por un hombre impío, pero su corazón siempre estuvo buscando a Dios, así que luego de la exhortación refuerza todo sus propósitos para con Dios y comienza a enseñar al pueblo.

Que gran frase en los labios de un hombre que de corazón buscaba a Dios: “Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombres, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juagáis.”
Sólo un hombre que no busca el lugar de preeminencia puede ubicarse en el lugar correcto, ponerse como siervo y no como juez. El pastor sabio se preocupa no sólo de quitar los ídolos de la vida de sus ovejas sino que se ocupa en enseñarles a temer a Dios. Es fácil quitar cosas de la vida de alguien, pero sin enseñanza de Por qué debo quitarlo; pronto volverá a ocupar su corazón aquello que fue quitado. 

Así que luego de estas cosas, como dice el versículo 1 del capitulo 20 Josafat se vio en problemas e hizo lo que enseñaba, dependió y buscó a Dios, claramente en estos versículos muestra el contenido de su corazón.   
-          Sentía temor y miedo, sentía desesperación se vio incapaz de hacer frente a la situación y sin fuerzas.
-          Sabía que Dios tenía todo el poder para traer la victoria, conocía de sus hechos y de su poder, de su pacto y compromiso con Abraham
-          Quería su protección y ayuda. Júzgalos tú oh Dios, hazte cargo, toma tú las riendas de este asunto.

La respuesta de Dios fue de inmediato para un hombre que buscó su rostro, la respuesta fue favorable porque vio que su corazón sólo quería lo mejor para su pueblo y vino la alabanza, todo tenía que ser perfecto, no importa que vayamos a la guerra vamos a dar lo mejor a Dios, la mejor ropa. Quizá es uno de los pocos relatos bíblicos acerca de un culto de alabanza o adoración, Josafat lo organizó. Estamos del lado del ganador, vamos a adorarle, no estemos preocupados por lo que vendrá mañana, Dios nos prometió la victoria. Todo esto era producto de la fe, porque sólo tenían que ver, estar quietos y esperar. Pareciera que es la indicación preferida del Padre; sólo vean, yo me hago cargo.

Josafat no sólo fue un hombre de fe sino que llevo a un pueblo a madurar en la fe, su convicción hizo que un pueblo se vuelva a Dios y todos los de alrededor sepan que hay un Dios en los cielos y que los ayudaba.
Las  bendiciones por la obediencia fueron muchas, se demoraron días en recoger el botín. Pero todos tuvieron un mismo deseo, influenciados por el que estaba a la cabeza, vs.27, vinieron a la casa de Dios a adorar. La fiesta no terminaba, primero adoraron por fe, esperando la victoria, ahora adoran por gratitud, viendo cumplido el propósito de Dios.

Así concluye este pasaje, con temor a Dios por todos, con paz para un hombre que anduvo con Dios. El epílogo de la vida de Josafat fue: “y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová” vs. 32

Que mayor anhelo de un siervo de Dios, que se diga esto de él. Josafat un rey pero con un corazón de pastor, se dedicó a buscar a Dios y lo encontró al costado del camino en cada trayecto de su vida. Cuando decidió vivir para Él, lo puso en primer lugar. Cuando hizo mal, lo vio en las palabras de exhortación. Cuando estuvo en angustia lo encontró en la oración. Creyó por fe, lo tuvo en la alabanza. Cuando obedeció lo vio en la victoria y recompensa. Al final de sus días lo vio en su testimonio, cuando Dios dijo: buen siervo y fiel.
Amén…

Generación X



En los últimos años se han formado muchos ministerios o grupos de jóvenes bajo el nombre de “X”: Generación X, Jóvenes X y otros más. Según he investigado muchos de ellos ponen este sufijo X por una cuestión de nombre como EXTREMOS como mostrando cierto grado de valor y de romper con la rutina.
Tengo una amiga que es profesora de matemáticas, es más ama las matemáticas y creo que es una de esas personas que ven todo como Matrix, todo con números cayendo. Y le pregunté qué significaba X en matemáticas y su respuesta fue interesante.

“En matemáticas X es una variable, no es algo fijo”

Según wikipedia.org:
Una variable es aleatoria si su valor está determinado por el azar. En gran número de experimentos aleatorios es necesario, para su tratamiento matemático, cuantificar los resultados de modo que se asigne un número real a cada uno de los resultados posibles del experimento. Intuitivamente, una variable aleatoria puede tomarse como una cantidad cuyo valor no es fijo pero puede tomar diferentes valores; una distribución de probabilidad se usa para describir la probabilidad de que se den los diferentes valores.

Una variable aleatoria (v.a.) X es una función real definida en el espacio muestral asociado a un experimento aleatorio, Ω.


¡Uy! No, definitivamente por eso elegí estudiar artes plásticas, lo mío no son las matemáticas. Pero lo que mi corta mente puede entender es que una X es una variable que se ajusta al medio en el cual está.

En la regla de tres simple, se establece la relación de proporcionalidad entre dos valores conocidos A y B, y conociendo un tercer valor X, calculamos un cuarto valor Y,


En fin la X no tiene un valor definido. Se sujeta a los valores de los demás. Bueno creo que ya están captando la idea a la que quiero llegar. Creo que los jóvenes de hoy se caracterizan por ser una GENERACION X porque sus valores están sujetos a los demás. Son variables, cambiantes y eso es dramático en la vida de un hijo de Dios. El mayor problema con los jóvenes cristianos es su falta de identificación con Cristo. Es más fácil cambiar según los valores del mundo que vivir bajo las normas y valores de Dios.

A mí, en lo personal, me encantan las películas de ficción. Una de mis favoritas es la saga de X-Men. Otra vez aparece X en mi mente, esta vez como un factor de mutación. El gen que hacia especiales a los X-Men es el “GEN X”. Este gen les daba capacidades especiales, los mutaba. Pienso que también característica a muchos hoy en día. Mutan, cambian, se mimetizan con el medio y al final de cuentas no son reales, definidos ni constantes.

No seas de la generación X porque no tienes identidad, porque no eres capaz de tomar la vida como tal y mostrar a los demás quien eres. No seas una variable. Sé el que muestra en todo tiempo quién es y a quien pertenece.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Mirar atrás


Hace unos días hablamos sobre los “3 segundos” que usabas para mirar por los espejos cuando manejas un automóvil y de los riesgos que corremos en detenernos a mirar más de ese tiempo. Pero, me quedé pensando en eso y les seré sincero fueron más de 3 segundos los que me detuve.

La nueva pregunta es: ¿no debo mirar atrás? Para algunos mirar atrás, a su antigua vida, a sus viejos pecados les es un tropiezo, miran hacia atrás para deleitarse y recrearse en lo que vivían y en sus pasiones. El apóstol Pablo decía: “olvidando lo que queda atrás”. Ciertamente es necesario mirar un poco al pasado porque si nos olvidamos de él posiblemente nos olvidemos de la gracia de Dios, de lo que Él ha hecho por nosotros.

Volviendo al ejemplo de conducir un vehículo y mirar hacia atrás, es realmente necesario para saber dónde estamos ubicados. Creo que por eso el Señor recordó a David: “yo te saqué, de detrás de las ovejas”.

Cuando no vemos de dónde nos sacó Dios, podemos caer en la irreverencia de creernos buenos, que merecemos algo más, de que somos dignos de tener cierta posición o privilegio, pasamos a ser autores de la obra, dueños y no obreros.

Dios dijo a Israel y también a nosotros:

Isaías 51:1  Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.

Nunca te olvides de donde fuiste tomado, nunca olvides quien te salvó, no caigas en la trampa del ministerio: “cuando piensas que lo que estás haciendo es tan importante que no volteas a mirar al que te salvó ni recuerdas de donde saliste”, Satanás es tan astuto que te mantiene ocupado en las cosas piadosas y te hace olvidar de qué eres en realidad: “un pecador redimido”.

Cuando esto ocurre, cuando te olvidas de dónde vienes, cuando no miras de dónde te sacó Dios, eres como la vaca que se olvidó que un día fue ternero. Te pones a juzgar a los demás por su inmadurez (según tú), sus hábitos pecaminosos, sus derrotas, sus fracasos, sus luchas, todo eso como si fuera que nunca te pasó a ti. Dices: “¿cuándo va a cambiar?” y no te acuerdas cuánto tiempo te demoraste tú.  

No recordar de donde nos sacó Dios, no mirar por un segundo, pero sólo por uno, atrás; te convierte en uno que no valora y menosprecia la gracia de Dios, alguien que no da el valor que tiene el perdón ni el precio que costó. No mates la gracia de Dios pensando sólo en tu camino. Mira de donde te sacó, compadécete de los que pasan por lo que tú ya pasaste, ama al débil, recobra fuerzas en la gracia de Dios, gracia que costó mucho para que tú puedas hoy transitar el camino de la vida. No te olvides que un día fuiste ternero.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Cuestión de peso


Cuando era un niño mi hermano Daniel siempre me hacía un chiste, que como no entendía bien la pregunta, yo terminaba cayendo en él. Y la pregunta era: ¿Qué pesa más, un kilo de plomo o un kilo de plumas?

La respuesta obvia para mí era que la pluma pesaba menos que el plomo. Yo siempre consideraba el material y no el peso. Ambos materiales tenían el mismo peso aunque fueran diferentes.

A veces nosotros consideramos al pecado por su material y no por su peso. Creemos que adulterar es un pecado grave, pero que murmurar no lo es; pensamos que robar es un delito que merece ser disciplinado, pero mentir no tiene mucho de malo, que hay mentiras blancas o que se miente por necesidad; bueno si lo vemos de ese lado robar también es por necesidad, por dar comida a los hijos argumentan algunos. Un viejo refrán alemán dice: “el que miente roba y el que roba mata.” Si uno miente estará dispuesto a robar, y si roba es capaz de matar. Una cosa lleva a la otra.

El punto es que no vemos el peso del pecado, sólo vemos el material, el hecho. Dios dice en su Palabra: “la paga del pecado es muerte”. Dios no dice que va a castigar el pecado grave o el pecado que parece ser más pesado, dice “del pecado” no importa cuál. El pecado no se basa en nuestra perspectiva sino en la de Dios. Es a Él a quien ofende mi pecado. Él determina que es y no es pecado. Cuando veo las razones por la que una persona peca o yo mismo peco siempre encuentro justificaciones: no tengo dinero, estaba en problemas, mi pareja no me respeta, mis padres me maltrataron, siempre hay una excusa.

Dios reclamó al pueblo de Israel por su pecado, pero para ellos no parecía que habían pecado, fíjense en todo el libro de Malaquías; una y otra vez Dios les dice yo les amé y ustedes pecaron contra mí y el pueblo respondía: “¿En qué nos amaste? ¿En qué te hemos deshonrado? ¿En qué te hemos robado?. El pueblo siempre tuvo una respuesta a los reclamos de Dios, siempre hubo una excusa, siempre dijeron: “pero esto no es tan malo, estás exagerando Dios”.

Mal 1:6  El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
Mal 1:7  En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.

Si decimos que amamos a Dios, honramos a Dios, que queremos exaltar su Nombre, vivíamos de tal manera, llamemos las cosas como son, que el pecado sea reconocido como pecado, confesado como pecado y limpiado en la sangre de Cristo. No acariciemos el pecado y juguemos con él. No lo maquillemos de buenas intenciones. Que un kilo de pecado sea eso: “un kilo”, no importa de cuál pecado, pero que tenga el peso real, el mismo peso que tiene para Dios. Porque Él pagó el mismo precio, la sangre de su Hijo Jesucristo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

3 segundos


Pensar en un segundo o tres, para muchos no parece importante, pero para otros puede ser toda una tortura, algunos cuando tenemos que esperar esos tres o cuatro segundos en que se demora en abrir una página en internet o en bajar un archivo, pareciera que es eterno. Sí, quizás te estés sonriendo en este momento, porque te ha pasado y renegaste de tu computador.

Cuando estaba en el curso de conducción una de las cosas que me dijeron que era muy importante es saber mirar por el retrovisor y los espejos cada 7 segundos y demorarme sólo 3 segundos en ver los espejos, uno a la derecha, uno al retrovisor y uno a espejo de la izquierda, cada 7 segundos o 10 debías mirar. Claro que eso en la práctica o realidad muy pocos lo hacen, pero siempre que uno intenta cambiar de carril o girar hacia algún lado, siempre debes mirar por los espejos, pero nada más que tres segundos.

Bueno creo que ya te hiciste la pregunta: ¿Por qué? Sí, sólo tres segundos. Si te demoras más, estás en peligro de un accidente. Si pasa alguna persona que te llama la atención por la vereda y te quedas viéndola por unos pocos segundos, no puedes ver al frente y es probable que te choques con el que está adelante, porque por lo general, los vehículos viajan a una distancia-tiempo de 3 segundos. O sea que si no ves al frente corres el riesgo de provocar un accidente. Y en el mejor de los casos solamente te impactas contra otro vehículo, pero podría ser un peatón, un perro o un poste.

En nuestra vida cristiana muchas veces nos extraviamos viendo hacia los costados y no al frente. No miramos la meta ni al Señor como dice en Hebreos 12: “puestos los ojos en Jesús”. Miramos nuestros logros, nuestros pecados, nuestros fracasos, miramos el pasado, las cosas que antes disfrutábamos y nos adormecemos en pocos segundos y eso puede ser el comienzo del desvío en tu comunión con Cristo.

Algunos nunca llegamos a la meta, nunca concluimos nuestros proyectos porque en el camino tomamos decisiones sin ver al frente, estamos viendo a los demás, los que pasan por nuestro lado y cuando menos nos damos cuentas estamos en otra calle, porque no vimos bien al girar.

Lot fue advertido por los ángeles; se le dijo:

Gén 19:17  Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.

Cada vez que trates de avanzar en tu vida y miras hacia algún lugar que no sea al Señor y tus metas vas a descuidarte y puedes sufrir gran pérdida. Los ángeles dijeron: “ no mires, ni pares, escapa, no sea que perezcas.” Escapa de lo que el mundo propone para que te distraigas, anda al monte, a la cima, al lugar alto, donde puedas estar con el Señor.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Amores que matan 3


El otro aspecto es: cómo afecta mi vida. El amor al mundo afecta mi vida en todos los aspectos: en mi familia, en mi físico, en mi trabajo y en mi relación con Dios. Una persona que ama al mundo está comprometida con él, no participa de las cosas del mundo solamente sino que aporta a su desarrollo y crecimiento por la comunión que tiene, y no me refiero a un aporte de impuestos o de ser relevante en la sociedad por mi profesión, sino que da su vida por el estilo de vida del mundo. Por lo tanto compromete a su familia o su tiempo con ella, compromete sus principios y prioridades y por sobre todo compromete su alma. 

Dios llama a estas personas: “adulteras”. Sí, adulteras espirituales. No son fieles a Dios, no se comprometen con Él, sólo participan de las cosas religiosas porque sienten que es una responsabilidad o porque de esa forma están nivelando su falta de amor a Dios y vienen sólo a poner el huevo dominical y nada más. Dan su aporte y esperan que Dios les tome en cuenta en algún momento de necesidad o de problema.

Stg 4:4  ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Stg 4:5  ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

moicalis adúltera. Se usa: (a) en el sentido natural (2Pe_2:14 ; Rom_7:3); (b) en el sentido espiritual (Stg_4:4). Así como en Israel el quebrantamiento de su relación con Dios por su idolatría se describía como adulterio o prostitución (p.ej., Eze_16:15 , etc.; Eze_23:43), así los creyentes que cultivan la amistad con el mundo, quebrantando de esta manera su unión espiritual con Cristo, son adúlteros espirituales, habiendo sido espiritualmente unidos a él como esposa a su marido (Rom_7:4). Se utiliza en modo adjetivo para describir al pueblo judío al apartar sus afectos de Dios (Mat_12:39 ; Mat_16:4; Mar_8:38). 

Dios es Celoso, no está dispuesto a compartir su amor con otro, Él dio lo más valioso del universo por nosotros, nos compró, nos dio una nueva naturaleza y nos considera adúlteros cuando amamos a otra cosa que no sea Dios. Jesús dijo: “no se puede amar a Dios y a las riquezas”  no se puede tener dos amores o amas a uno y desprecias al otro. El amor al mundo es menospreciar a Dios y ponerse del lado del enemigo suyo. El mundo, su pensamiento, su forma de vivir y de interpretar la vida está gobernada por Satanás.

1Jn 5:19  Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.

El amor al mundo me coloca en la posición de que ahora estoy de acuerdo con aquel que siempre me alejó de Dios y que quiere destruir mi vida. Jn.10: 10.

Por último, como puedo salir de este amor enfermizo y dañino. La única forma es dejando atrás al mundo. No puede haber el rompimiento si no hay separación, debe haber un dejar todo y comenzar de nuevo con Dios. Reconocer que hay cosas en mi vida que muestran mi atracción y amor por el mundo, por su estilo de vida, por su influencia. Pedir a Dios perdón y tomar decisiones firmes y radicales en cuanto a mi forma de vivir. 

Efe 4:17  Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18  teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19  los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20  Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21  si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23  y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24  y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Esto implica dejar cosas, música, tendencias en la ropa, accesorios, amigos, noviazgo; todo aquello que me ate al mundo, que me ligue de alguna forma a alguna práctica que no me deje demostrar que amo a Dios. Si mi grupo inmediato no puede aceptar que soy un creyente y que estoy dispuesto a seguirle de verdad, a ser comprometido con Él y ser un cerdo y no gallina; entonces ese grupo no es digno de un hombre que ama a Dios. 

Despojarse da la idea de sacarse algo de encima, tirarlo lejos para que no estorbe. Que nada impida tu acercamiento a Dios. Que nada interrumpa tu tiempo de comunión, de lectura, de oración. Si tienes que dar tu vida por esto, dalo; porque eso resultará en un crecer cada vez más en la relación con Dios. 

Él te ama, está loco por ti, quiere pasar cada segundo contigo, que lo involucres en cada vivencia, en cada decisión, en cada paso que das. En cada comida, salida con amigos, en cada momento solo. Dios quiere estar ahí a tu lado, porque te ama. Quiere que tú sientas los mismo por Él. Recuerda Él ya se comprometió, dio su vida, se hizo parte, no sólo dio un aporte.

Fin

Amores que matan 2


El amor al mundo se puede traducir también en las cosas que ama el mundo. Quizá puedas decir, yo amo a Dios; no soy un carnal ni mundano, voy a la iglesia, leo mi Biblia y ofrendo. No puedo creer que pienses que amo al mundo. Miremos lo que dice Dios:
1Jn 2:15  No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
1Jn 2:16  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
1Jn 2:17  Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

¿Cómo sabemos si amamos al mundo? Por lo que hacemos, si amamos las cosas que el mundo ama:
  •  El placer
  •  La ambición y el poder
  •  La arrogancia – La fama
Estás tres cosas caracterizan al pecado y el deseo del hombre natural, el hombre que vive bajo el control de su carne y de las influencias del Satanás. 

Satisfacer mis deseos de la carne, mis deleites, mis paciones no importa el precio, no importa a costa de. Solamente ocuparme de mí mismo y de lo que mi carne pide. El comportamiento de la naturaleza humana no se diferencia de la de un animal. El animal tiene deseo o necesidad y lo satisface. No piensa si está bien o mal, no importa si afecta o no su futuro o a los que están a su alrededor sólo se preocupa en satisfacer sus deseos. La única diferencia está en que el hombre tiene una excusa para todo comportamiento: mi familia, mi esposa, mi trabajo, me presionan, no me dan libertad, es único tiempo para mí, no afecta a nadie. Todo argumento es válido para negar mi pecado y hacer aceptable mi conducta.
El deseo de tener cosas, más y más, no sólo material sino también el corazón de otros, o el poder. La capacidad de dirigir, de imponer nuestra opinión sobre otros. La ambición de llegar a ser el mejor; la obstinación por conseguir siempre lo que quiero. Parecieran virtudes, pero son pecados, por falta de humildad, amor y contentamiento. Una persona que busca conseguir lo que se ha propuesto no le importa a quién afectará o cómo lo conseguirá, no importan los medios, si al final tengo lo que deseo.

La vanagloria de la vida, o la arrogancia de la fama. Entendamos bien el concepto: Vano, algo que no tiene trascendencia, que es efímero, que sólo aparenta por su forma y color pero no tiene consistencia; como una pompa de jabón. Gloria: lo que reviste a algo o alguien, el reconocimiento que se le da, la fama obtenida. En fin, una fama vana, que no es duradera ni tiene propósito. Sólo es algo que durará muy poco. La persona que vive el momento, el ser más que todos, que se pone por encima de los demás, es arrogante; cree que merece la atención y el respeto de todos y que el resto está para servirle.

Estás cosas ama el mundo, estas cosas son las que gobiernan el pensamiento de todo aquel que quiere amar el estilo de vida del mundo y ama al mundo. No importa si es un hijo de Dios o no, una persona que sólo se preocupa de satisfacer sus deseos carnales, obtener todo lo que ve y anhela, disfrutar de la fama y el poder sobre otros, es una persona que está muy de acuerdo con el pensamiento satánico de vivir para sí mismo y no para Dios.
Por eso dice Dios: ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?

continuará... 

Amores que matan 1


El amor es uno de los temas más difíciles de definir o poner reglas en la vida del hombre. Todo parece ser subjetivo. Al final tú no puedes decir que yo no amo a alguien porque no demuestro mi amor de la misma manera que tú. O no puedes decir que amo a alguien o algo porque interpretas eso en mis actitudes. Pero ciertamente hay formas en las que podemos identificar el amor, hay ciertas pistas que damos y demostramos nuestro amor hacia las cosas o las personas.
Dicen que el amor es como una chispa, no importa el tamaño, siempre se ve.
El amor a se demuestra de varias formas:
  • Devoción
  •  Deseo de compartir
  • Anhelo de estar juntos
  • Ansiedad por tener intimidad con el ser u objeto amado
  • Negación de los defectos del ser u objeto amado
  • Concepto sobredimencionado de su virtudes
  • Deseo de dar todo por el bienestar de él
  • Locura momentánea por estar con él
Estas son características del comportamiento de un enamorado o alguien que ama a algo o alguien. Amar no es simplemente dar un poco de cariño o pasar un tiempo lindo con alguien, eso no alcanza en el amor se necesita compromiso.

En un desayuno continental una gallina participa y un cerdo se compromete. La gallina participa dando un huevo, hace su parte, da algo de sí; en cambio el cerdo se compromete, pone su vida, da todo para que un desayuno se pueda disfrutar.

De la misma manera en el amor uno debe dar las cosas al 100 % no se puede decir que uno ama a medias, no se puede ser fiel si uno da migajas, en el amor das todo, te comprometes o no amas de verdad.
Bien, ahora no vamos a hablar del amor a una pareja, ni tampoco del amor a Dios, ni a la obra de Dios, tampoco del amor a los hijos o a la esposa. Sino del amor al mundo. Sí, del amor al mundo. Habiendo visto lo anterior, vamos a examinar como es nuestro comportamiento con el mundo y lo que está en él y vamos a ver si realmente lo amamos. Cuánto afecta mi vida de comunión y cómo puedo dejar ese amor.


¿Has escuchado la frase: “enfermo de amor”? bueno es una verdad, la persona que ama está enferma de amor, muchas veces no actúa, ni piensa de una forma normal, el amor toma control de su vida y su cuerpo sufre ciertos comportamientos extraños, palpitaciones, sudoración, ansiedad, falta de apetito, risa nerviosa, sensación de dolor en el alma. No importa si la persona amada nos corresponde o no, no importa si recibimos del mismo tipo de  amor, una persona enamorada sufre estos efectos porque sus sentimientos están gobernando su vida. Controlan su forma de pensar y de sentir, y como consecuencia su forma de actuar.
Del mismo modo el amor al mundo va afectar mi conducta, mi pensamiento y mi deseo. Me va a llevar por un camino que no parece malo, porque estoy con el objeto amado, pero a la larga sufriré las consecuencias de este amor.

continuará....

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Eres digno?


Casi siempre nos vemos menospreciados por la gente común, por el mundo no cristiano. Y en cierto modo eso es una bendición.

Yo sé que a nadie le gusta que le dejen a un lado o que hagan burla de su fe, tampoco sentirse menospreciado por sus amigos y familiares. Pero ¿Qué pasa cuando somos bien recibidos por los no creyentes? ¿Es bueno que nos acepten y se sientan cómodos con nosotros?

No creo que haya nada de malo en que la gente y aún los no cristianos, nos aprecien y quieran, es parte de tener un buen testimonio. El problema, creo yo, es cuando la gente se siente cómoda con nosotros cuando está haciendo algo malo, cuando nos ven como compañeros de aventuras y no sienten que somos luz en medio de su mundo de obscuridad.

La característica de la luz es que desplaza a las tinieblas; si la gente está hablando mal de alguien o haciendo chistes obscenos y no se callan al vernos es porque quizás nos ven como parte de su mundo y no como un referente de la verdad de Dios.

En el libro de Hebreos, el escritor hablando de los hombres y mujeres de la fe, dice:

Heb 11:38  de los cuales el mundo no era digno;…

Si el mundo me considera digo de él es porque no estoy mostrando a Cristo en mi vida. El Señor Jesús en su sermón del monte dijo: “bienaventurados los que por mi causa son insultados y perseguidos”. El mundo rechaza a Cristo porque muestra que sus obras son malas, dice en el evangelio de Juan. La luz siempre revela lo que hay de malo en las tinieblas. La pregunta es: ¿estoy cómodo en el mundo, o el mundo siente incomodidad conmigo? Ciertamente si el mundo me ve como uno más es porque no estoy mostrando ninguna diferencia y estoy de acuerdo con su estilo de vida… está bien, no voy a ser tan duro, quizá soy cobarde para decirles que soy cristiano y que su forma de vivir no es correcta y ofende a Dios, tú elige que etiqueta te queda mejor.

Lo peor que puede haber el mundo es un creyente indeciso, un cristiano tibio, alguien que no se identifique con Cristo, porque entonces no hay esperanza para el mundo que se pierde. ¿Cómo creerán, si no hay quién les predique? Esa es la cuestión. No puedes esperar que tus amigos conozcan a Cristo porque escucharon un programa de radio o leyeron un folleto evangelístico. Ellos deben saberlo porque tú estás cerca. Ellos deben oler a Cristo cuando estén a tu lado, no a mundo.

Si te menosprecian, después de todo es una bendición, porque sabes que ellos están viendo a Cristo en ti. Porque sienten una amenaza hacia su estilo de vida, se ven confrontados con el testimonio de un Dios Santo.

Espero que hoy la gente pueda ver a Cristo en mi vida, en mis actitudes y si eso crea reacción, me sentiré feliz. Tú también deberías. Yo, no quiero ser contado como un digno de este mundo, sino como aquellos que encontraron algo mejor junto a Dios.